El presidente mexicano anunció hoy formalmente la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el cual requerirá en su primera fase de una inversión de más de 12 mil millones de dólares y sustituirá por completo al actual, inaugurado en 1929, que se encuentra al borde de la saturación (en 2013 movió casi 32 millones de pasajeros y 360 mil aeronaves).
El nuevo aeropuerto se levantará sobre un terreno de 4.430 hectáreas situado a 10 kilómetros al noreste de la posición del actual, y su inauguración está contemplada para el año 2020.
En una primera fase contará con una terminal en forma de X de 550 mil metros cuadrados y 95 posiciones para aeronaves (además de 42 posiciones remotas) y tres pistas de operación simultánea, que permitirán manejar hasta 50 millones de pasajeros y 550 mil operaciones de aeronaves al año, cifra estimada para el año 2028.
Además, en una segunda fase, entre el año 2023 y el año 2028 se construirá una cuarta pista. En una tercera fase, estimada entre los años 2028 y 2043 se construirá la terminal 2, con forma de V y ubicada al norte de la terminal 1 y la quinta pista. En la cuarta fase, estimada entre los años 2043 y 2062 se construirá la terminal 3, un muelle rectangular ubicado frente a la terminal 2. Y la quinta fase, prevista para más allá del año 2062, incluirá la construcción de la terminal 4, también un muelle rectancular ubicado frente a la terminal 1 y la sexta pista. Para entonces el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México tendrá una capacidad de 120 millones de pasajeros y un millón de operaciones de aeronaves al año.
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El proyecto ha sido desarrollado por el estudio de Norman Foster en colaboración Fernando Romero Enterprise y NACO, consultora de aeropuertos holandesa. Foster ya nos ha regalado joyas como las terminales del aeropuerto Queen Alia en Jordania, el Aeropuerto Internacional de Kuwait, Chek Lap Kok de Hong Kong y la terminal 3 del aeropuerto de Beijing. Así también están trabajando en la nueva terminal para el aeropuerto Tocumen de Panamá. NACO por su parte ha llevado adelante proyectos de planes maestros en aeropuertos como el O.R. Tambo de Johansesburgo, el de El Cairo, Egipto, y actualmente en Latinoamérica también en el de Viracopos, en Brasil.
La terminal 1 tendrá proporciones monumentales, con una luz de 170 metros en su sector central, y totalmente cubierta por un techo reticulado transparente, que permitirá el aprovechamiento de la luz natural y la dotará de una forma fluida y evocadora del vuelo. El diseño garantiza un recorrido a pie bastante corto y sin muchos cambios de niveles.
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El edificio será servido desde el suelo, liberando el techo de ductos y caños. La estructura aprovecha la energía solar, acumula agua de lluvia, provee diferentes tonalidades, maneja la luz durante el día y brinda vistas magníficas, al tiempo que constituye un «sobre» de alta performance en términos de climatización y acusticidad. El diseño, considerado para obtener la certificación LEED Platinum, trabaja con el clima templado y seco de la ciudad de México para llenar los espacios de la terminal con aire fresco utilizando los principios de la ventilación por desplazamiento. Durante una gran parte del año, la temperatura de la misma se mantendrá confortable utilizando casi un 100% de aire exterior, requiriendo muy poco o casi nada de climatización artificial. Otras cuestiones medio ambientales destacables son que el 100% del suministro energético provendrá de fuentes renovables y el 70% del uso del agua vendrá del tratamiento de sus propias aguas residuales. De esta manera será el primer aeropuerto fuera de europa con una huella neutral de carbono.
En cuanto al financiamiento, la construcción del nuevo aeropuerto se realizará con fondos provenientes en un 55 por ciento del flujo que genera el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, estimado en algo más de 600 millones de dólares al año. El 45 por ciento restante provendrá de la colocación de bonos por parte del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México. De esta manera las finanzas públicas de México no se verían afectadas por la obra.
Impresionante aeropuerto sin duda será el mejor de America Latina y de los mejores de todo el planeta