Durante la audiencia pública del 27 de diciembre de 2016 en la que se sometió a debate el ingreso de nuevas aerolíneas al mercado argentino y el otorgamiento de rutas aéreas, algunas de las voces que más profusamente se alzaron en contra de la expansión de la industria aerocomercial fueron las de los representantes de sindicatos o empresas de colectivos de larga distancia.
Entre las expresiones que se escucharon en aquella oportunidad estuvieron:
«Los trabajos generados en estas nuevas aerolíneas le van a costar 7 mil puestos de trabajo a los colectivos», Román Alberto Uez, en representación de Flechabus.
«Están propiciando la creación de algo cuyas contras no analizaron. Y en el camino hay muchas familias que van a perder trabajo y muchos pasajeros que van a correr riesgos», Jorge Orlando Ortiz Lopez, en representación de Nueva Chevallier S. A.
«Nos reservamos el derecho de acudir a la justicia ante estas eventuales concesiones de rutas. Exhortamos a que se haga un estudio serio acerca de cómo impactará en el sector.», Diego Czarny, en representación de Gral. Urquiza S. A.
«Queremos rechazar el proyecto en los términos que está. Nuestra actividad va a tener costos significativos. Nadie pensó en los 22 mil trabajadores de nuestra actividad que están en peligro», Abel De Manuele, en representación de la Unión de Tranviarios Automotor.
De esta última persona destaco particularmente otra frase:
“No nos engañemos, no hay millones de pasajeros esperando con las valijas para subir a los aviones”
Si consideramos que en 2016, aún con un mercado aerocomercial algo encorcetado y con una economía en recesión, se transportaron 7% más de pasajeros que en 2015 (1.550.000 más), y que en el primer trimestre de 2017 el crecimiento acumulado fue del 10%, todo parecería indicar que hay mucha, muchísima gente en nuestro país que se cansó de tener que viajar 14 horas en colectivos por rutas de la muerte, cuando tiene como opción tomar un vuelo de 80 minutos, al mismo precio (y menor algunas veces) o hasta incluso pagando un poco más. La clave está en la palabra OPCIÓN.
En fin, parecería que el sector del autotransporte terrestre de pasajeros, o al menos algunos de sus máximos representantes, han tomado el sensato camino de que, si tu industria está amenazada por otra que ofrece una opción más rápida, confiable, segura y a un precio razonable, no es válido ponerse a gritar rogando que nada cambie (como tal vez lo hicieron los fabricantes de diligencias hace 120 años cuando empezó a surgir el automóvil), sino que tal vez convenga usar el know-how de gestión empresaria (y el capital) para mutar la oferta propia hacia lo que el mercado requiere.
Al menos eso se desprende de una nota publicada ayer en el diario La Nación, en la cual comentan que Flechabus, Via Bariloche y otra empresa patagónica estarían gestando sus propias compañías aéreas. Si bien la información es algo confusa, en la nota afirman que Vía Bariloche ya presentó su expediente ante la ANAC, y que Flechabus y la otra empresa estarian por recorrer el mismo camino.
No sería la primera vez en la historia de nuestro país que empresas de colectivos incursionan en el mercado aerocomercial. Algunos antecedentes que podemos encontrar en las últimas décadas son Seal Líneas Aéreas (del grupo Atahualpa) entre 1981 y 1988, Andesmar Líneas Aéreas (idem a la empresa de colectivos) entre 1996 y 1998, y si bien nunca llegó a despegar como regular, Leal Líneas Aéreas (del grupo La Veloz), entre 2007 y 2009.
En 2007 el grupo misionero Crucero del Norte también intentó establecer una línea aérea, pero el gobierno argentino de entonces trabó la creación de nuevas compañías.
En 2011 el grupo, via su filial en Paraguay, creó «Sol del Paraguay Líneas Aéreas», la cual operó hasta 2012 volando desde Asunción hacia Buenos Aires y Ciudad del Este en aeronaves Fokker 100, para luego reestablecer con bastante éxito sus vuelos a principios de 2016 realizando una operación doméstica enfocada en vuelos desde la capital paraguaya hacia Encarnación y Pedro Juan Caballero. Como nota extra de color, miren qué interesante promoción lanzó hace un par de semanas, combinando ambos medios de transporte:
Cuando se quiere, se puede. Bienvenida la evolución, bienvenida la posibilidad de viajar en avión para millones de nuevos pasajeros, bienvenidos sean muchos puestos de trabajo aeronáuticos en todo el país.
Y, para terminar, ni viene mal recordar este histórico post de Sirchandler, que adelantó la «creación» de Chevaflecha :P.