Corría el año 1997, yo tenía 14 años, y mi pasión por la aviación se potenciaba cada vez más. En noviembre del año anterior yo había tenido mi primera «gran aventura aeronáutica» de manera independiente, la cual ya comenté en otra nota.
Ese año mis viejos salieron de vacaciones solos en pareja, mi hermana recién había sido mamá y no podía viajar a ningún lado, por lo que yo me había quedado sin viaje alguno durante el verano 1996/1997.
Entonces, como para compensarlo de alguna manera, me ofrecieron hacer un viaje en avión. Con un timetable en mano, loco de entusiasmo, me había armado un terrible recorrido que me hacía volar toda la Argentina combinando vuelos de Aerolíneas Argentinas, LADE y Kaikén. Pero, la idea de que yo ande por remotos parajes como Puerto San Julián, El Maitén o Río Turbio en «aviones a hélice» no les convenció ni por casualidad, así que a cambio sacaron de la galera un viaje que se estaba poniendo cada vez más de moda en Resistencia: el viaje a Disney para las quinceañearas que, sí, por aquella época también incluía a muchos quinceañeros (de 300, 90 éramos hombres….un paraíso para el adolescente promedio, al cual como AvGeek ni de por casualidad me acercaba, vale aclarar :P).
Conocer Ezeiza, viajar en un 747, el aeropuerto de Miami y mil aviones exóticos…ufff ¡ni lo dudé! (Ah sí, conocer la casa de Mickey también me había entusiasmado alguito). La realidad es que me podían llevar en el Jumbo al Congo Belga que nada más me importaba que volar.
Así fue que el 22 de julio de 1997, es decir, hace exactamente 20 años (no lo puedo creer), me embarcaba desde el aeropuerto de Resistencia en un DC-9 de Austral rumbo al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, para, luego de unas horas de espera, conectar con el vuelo regular de Aerolíneas Argentinas rumbo a Miami, a bordo de un magnífico Boeing 747-200.
Desde ya aproveché ese tiempo para sacar cuantas fotos pude (igual cuidándome un poco, eran tiempos de cámaras analógicas y los rollos no eran baratos), las cuales comparto ahora con ustedes para transportarnos por algunos minutos al Ezeiza del 22 de julio de 1997, del cual ya nos separan dos décadas. Un Ezeiza poblado de 747, DC-10, MD-11, entre otros widebodies.
Lamento no haber sacado más fotos, ni tampoco con mejor calidad, pero bueno, es lo que pude hacer mientras me encontraba embargado por la emoción de estar ahí.
Aprovecho también para mostrarles algunas de las fotos que saqué en Miami a mi regreso, el 5 de agosto de 1997, ya que a la ida aterrizamos de noche:
De estas tomas se destacan, además de la Reina de Aerolíneas Argentinas, algunas reliquias ya desaparecidas como los 727 de TWA y American Airlines, y el hidroavión de la Chalk’s Ocean Airways que pude capturar despegando desde el puerto de Miami.
Algo destacable es que al regreso el vuelo desde Miami fue non-stop hacia Resistencia en el 747-200 de Aerolíneas Argentinas, como se acostumbraba entonces dado que la agencia de turismo que organizaba el viaje era de acá (Firenze Viajes, los creadores de los tours Fun Time que luego cobrarían fama nacional).
Espero que les haya gustado este breve recuerdo de tiempos que parecen tan cercanos pero sin embargo quedaron muy tapados por todos los cambios que vivió la industria aerocomercial desde entonces.
Edgardo, te felicito por tan bonitos recuerdos y por compartirlos con nosotros. Un abrazo desde Rio de Janeiro.
buenisimas fotos jajja me agarra la nostalgia cuando veo el md de alitalia!!!!
Volé ese mismo año a Miami por American Airlines, puede ser? Que avión usaba en esa época AA?