Que cosa loca e inevitable son estos balances de fin de año. Tal vez no sean tan conscientes como éste que voy a hacer ahora: tal vez sean más espontáneos, más repentinos. Esta vez, me senté a escribirlo. Principalmente, porque tengo dónde hacerlo.
El año pasado, a esta hora, estaba más preocupado por el asado, la bebida, las sillas, los manteles, el trabajo. Ese trabajo que llegué a odiar, y del que no podía despegar la cabeza más de 10 minutos. Un trabajo donde mantener la cordura tendría que poder pasarse como hora extra, y sin embargo no estaba estipulado.
Si el año pasado, a esta hora, me decían que iba a tener un 2017 un poco más tranquilo, firmaba sin dudarlo. Era todo lo que buscaba. Seguir con la inercia de mi propia vida, del trabajo que buscaste toda la carrera, de la familia en paz, de una vida sin riesgos. Sin embargo, poco tiempo después la variable «Empleo» cambiaba. Me vi afuera de ese lugar al que siempre había querido llegar pero odié cada minuto cuando estuve adentro. Era tiempo de barajar y dar de nuevo.
Ese gol en contra en el primer tramo del partido 2017 me dejaba una lección: lo que elijas por plata, tiene pocas chances de salir bien. Me faltaba información para terminar de entenderlo. Ya llegaría.
Allá por marzo, como ya conté, sentí que tenía que hacer algo con esta pasión que me genera la aviación. Una de esas cuentas pendientes que dejás escondida porque no es «conveniente». Un día, arranqué este blog. En el medio de mi sabático, creé El Blog de Diazpez. Y la puta, que todo fue una increíble vuelta en montaña rusa.
Las expectativas que tenía eran modestas. Al mes, hubo que replantearlas. A los tres meses, de nuevo. De pronto, estaba 1 a 1 contra el Barsa, y le jugaba de igual a igual. Empecé a trabajar en otro lado, y aún cuando le pongo lo mejor de mí siento que el trabajo mío está acá. Que el futuro es éste. Falta muchísimo para eso, pero sé que voy para ahí. Gol de Diazpez.
En estos 9 meses nos leímos más de 135 mil veces. Más de 70 mil visitantes únicos. Me entrevistaron en Radio QV. Me entrevistaron en una radio AM. Me invitaron a eventos, fui a dar una vuelta con el MAX, cerré algunas cosas para el año que viene. Empecé a escribir en Airlinegeeks. Hay otra cosa que todavía no puedo contar. Gol, y gol de Diazpez.
Lo más importante: encontré un público que quiere leer lo que cuento, y que le gusta cómo lo cuento. Perdónenme la vanidad, pero es una caricia al ego. Y al mismo tiempo, una bronca bárbara de no haberle prestado atención a esto antes.
Este 2017 me deja dos enseñanzas claves, irrenunciables. Dos cosas que no pueden ser ignoradas nunca más. La primera, es darle bola siempre a aquello que te apasiona. Siempre. Hacé lo que te gusta, y vas a ser bueno. Es así de simple. Yo no sé qué tan bueno soy, pero aprendí que el camino es éste.
Y lo otro tiene que ver con lo que digo arriba: aprendí. En estos doscientos y pico de posts, es mucho más lo que aprendí que lo que pude humildemente enseñarles. Y por eso, les tengo que dar las gracias.
Gracias como siempre, por darle un sentido a este proyecto. Que seguirá creciendo, consolidándose. Que es una de las grandes alegrías de este año. La otra, es ver a mi familia atrás del blog con la ilusión que supe contagiarles. Hoy en casa se ve este espacio como un proyecto, cuando no era otra cosa que un pasatiempo. Con toda firmeza puedo decir hoy: pasatiempo las pelotas. Y eso se lo tengo que agradecer a mi mujer.
A ustedes, lectores, qué decirles: el año que viene seguiremos juntos, tratando de entender esta cosa hermosa que es la aviación. Desde el punto de vista técnico, y desde la industria. Seguiremos aprendiendo. Con la verdad, y con una objetividad imprescindible. Lo que sea opinión, será expresado así. No quiero imponer mi visión de las cosas a nadie. Sólo mostrarlas, y que el lector llegue a su propia conclusión. En una época de noticias masticadas, sé que es un esfuerzo. Y también debo agradecerles eso.
El año pasado, a esta hora, firmaba un empate con el Barcelona. Hoy, desde acá, este pequeño Ferrocarril Midland llega al final del primer partido y si le ofrecen firmar el empate para el año que viene, dice abiertamente que no, y saca del medio. Sabe que hay hinchas, y hay jugadores para hacerle frente al que sea.
Que venga 2018. Hay equipo.
Pablo, desde ya que espero que esté blog siga creciendo, porque lo que vos posteas, es difícil de conseguir, de analizar, de entender, pero con tus ideas, tus modos, nos lo haces de manera muy fácil. Creo que eso, para mí, es tu mayor logro.
De mi parte, debo decirte que recién este año me empezó a gustar el tema aviación, por parte de Sir, o Juano, pero con vos despegué en conocimiento… Aprendí muchísimo.
Sacá del medio, que desde este lado, te aseguro vas a tener un lector fiel que te acompaña en este hermoso partido que estás dando, que por ahí lee, pero no comenta, y si comenta, siempre es para aprender más.
Felicidades, a vos, al blog, a los otros lectores, pero principalmente a la familia. Sin su apoyo esto no hubiese sido lo que es!
Feliz 2018!!
Fede
Federico, abrazo enorme y siempre gracias por estar! Me halaga y es una responsabilidad enorme estar en el lugar en el que te sirve para aprender. Digo que todos aprendemos juntos, y eso es lo más importante.
Gran año para vos y los tuyos, y quedate tranquilo que sé que en este partido, si tengo que tirar una pared, estás.
Abrazo!
Siga firme pero tranqui por este camino que ha iniciado. Y no pierda ese estilo directo para escribir, ni se deje cooptar por las caricias al ego, jaja!! Por un mejor y feliz 2018!
Jaja, gracias! Buen año para vos también!
Es inevitable cuando leo estos post, hacer un paralelismo con lo que me pasa. Supongo que a varios lectores nos pasará lo mismo. Por eso en su momento te dije que la sección pasta o pollo es la mejor con ventaja, sin desmerecer las otras que tanta enseñanza técnica nos dejan.
Y en ese paralelismo, para el año que viene tampoco firmo el empate con el Barcelona. Es mas, hasta me animo a ganarle de contragolpe.
Gracias Matías, y sí, hay que jugar. Quién te dice…
Buen año