Finalmente y después de casi ocho años, Brasil y Estados Unidos pusieron en marcha el acuerdo de Cielos Abiertos , que elimina la reciprocidad y las limitaciones a frecuencias para los vuelos entre ambos países.
Es importante destacar que este acuerdo no permite a ninguno de los operadores en ninguno de los dos mercados operar vuelos de cabotaje. Más allá de los cambios que permite el acuerdo en materia de operación, el núcleo del acuerdo es otro.
Sí, claramente se abre la chance de vender pasajes en moneda local, de contratar personal, de operar servicios de rampa propios. De tener técnicos certificados en USA trabajando en Brasil, y viceversa. Las claves del acuerdo pasan por, como siempre, el dinero.
Las ganancias obtenidas en cada país por los operadores puede circular libremente sin impuestos añadidos. Y principalmente, la posibilidad de incorporar un porcentaje mayor de capital extranjero permite que varios acuerdos que estaban esperando el momento apropiado puedan cerrarse.
American Airlines podrá avanzar en su alianza con LATAM, que también incluye a otros países como Colombia, Uruguay, Paraguay, Chile y Canadá. Azul avanzará con United, y Delta con GOL. Liberado el escenario, el libre flujo de capitales hará el resto.
Como se viene viendo, la concentración es un fenómeno que parece inexorable: la industria se consolida en fusiones y joint ventures. Será beneficioso para Azul, GOL o LATAM? Seguramente. Cierto es que la sinergia entre operadores en las mismas rutas redunda en mayor cantidad de frecuencias. Pero también es cierto que en aquellos mercados en los que la oferta se concentra en un megaoperador, existe el riesgo claro de un monopolio de operación.
Volará GOL a Dallas? Difícil. No sería sensato operar una ruta cuyo costo será superior al del dueño de casa, American. Lo mismo pasará con LATAM a Houston, o con Azul a Atlanta. Entonces, en esas rutas, cada operador hará uso del diferencial de su hub y no tendrá competencia. Lo que le permite fijar un precio, y que éste sea incontestable. De este lado, la lucha será un poco más pareja, porque Guarulhos lo usan las tres compañías. Pero no quita que la puja por otros detinos no se lleve puestas ciertas competencias.
Un joint venture no es malo en sí. Es una nueva tendencia que se baja una estación antes de una fusión, porque no es tan vinculante. Lo que sí, me parece habrá que esperar un poco para poder evaluar los beneficios para el pasajero en este contexto.
La mesa está servida, y los movimientos en el país hermano (expresión válida hasta mediados de junio -puede llegar a recuperar validez después del mundial) serán muy interesantes de analizar. Veremos como se desarrolla este acuerdo en los próximos meses.
Oiga, que se le metieron dos 737 de VRG, 4 aviones de TAM con el diseño viejo y si no me falla la vista un 767 con el diseño muy viejo de Delta «Colors In Motion»
Dios le conserve la vista! Ni me había fijado en ese detalle.