Reza el viejo adagio que «el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones», y como con muchas expresiones de sabiduría popular los acontecimientos argentinos vuelven a probar su vigencia.
Tras conocerse la semana pasada el nuevo impuesto del 30% a la compra de divisas en el marco de una ley ómnibus impulsada por la administración de Alberto Fernández cuya palabra clave es «solidaridad» (la buena intención), el sector del turismo y las líneas aéreas salieron rápidamente a reclamar por el impacto negativo que tendría sobre su actividad, ya golpeada desde hace año y medio por las diferentes corridas cambiarias que se sucedieron (el infierno).
En promedio, de acuerdo a fuentes oficiales, alrededor del 60% del movimiento internacional de nuestro país corresponde a pasajeros argentinos, quienes en principio serían alcanzados por el nuevo impuesto. Claro que hay matices, dado que en Aerolíneas Argentinas ronda el 70%, mientras que en compañías extranjeras puede caer hasta el 30%, 20% o aún menos, por lo que se daba la paradoja de que en nombre de la solidaridad se terminaba poniendo a la aerolínea de bandera en una situación de desventaja.
Para subsanar este efecto, en el inciso «e» del artículo 35 se incorporó la aclaración de que el impuesto del 30% abarca a la compra de pasajes aéreos «en la medida en la que para la cancelación de la operación deba accederse al mercado único y libre de cambios al efecto de la adquisición de las divisas correspondientes en los términos que fije la reglamentación», lo cual a primeras parece favorecer a las compañías aéreas con base en Argentina que no deben girar utilidades a sus respectivas casas matrices. Pero, como los «expertos en creación de grises» que somos, debemos esperar a que la reglamentación brinde más precisiones al respecto.
El inconveniente reside en que, como están planteadas las cosas, en la práctica las aerolíneas de nuestro país pasarían a tener una «ventaja tarifaria» del 30% por sobre las internacionales, creando una distorsión competitiva que ya ha encendido las alarmas de la industria a nivel global.
Desde la IATA (Asociación de Transporte Aéreo Internacional) expresaron a través de un comunicado que están siguiendo de cerca la Ley de Solidaridad Social y Reactivación, manifestando su «profunda preocupación ante las interpretaciones publicadas acerca de posibles inequidades que podrían afectar a las compañías aéreas internacionales que operan en Argentina».
«Dichas medidas, de ser implementadas, tendrían un gran impacto en las operaciones extranjeras al país y además resultar en un eventual incumplimiento de tratados bilaterales por parte de Argentina», agregaron desde la asociación que reúne a más 290 aerolíneas de todo el mundo que representan el 82% del tráfico global.
En una nota publicada ayer en el diario La Nación ejemplificaron con lo ocurrido en 2002 cuando, tras la pesificación y redolarización de las tasas aeroportuarias, Aerolíneas Argentinas obtuvo una medida cautelar que le otorgó el beneficio de pagar en pesos manteniendo la conversión 1 a 1. Ante ello, las líneas aéreas de Estados Unidos iniciaron un juicio al estado argentino alegando incumplimiento del acuerdo bilateral, razón por la que se determinó que Aerolíneas pague una sobretasa de unos USD 150.000 para operar en ese país.
La libre expatriación de los fondos es otro de los puntos alcanzados por los tratados bilaterales, y en la región tenemos el ejemplo de Venezuela, que en el marco de su crisis económica y social retiene desde hace varios años más de USD 4 mil millones de las aerolíneas internacionales.
Fuentes cercanas a una aerolínea radicada en nuestro país (que en principio no debería ser afectada) comentó hoy que están esperando la reglamentación para determinar el impacto que tendrá en sus operaciones, dado que aún no hay claridad.
Bienvenidos a la era FF. Hoy me mando el discurso populista, mañana el decreto y más adelante vemos cómo sale, total…
agua y ajo. Eso votaron. A no llorar la pérdida de puestos de trabajo, levantamiento de rutas, baja de frecuencias y huída de aerolineas extranjeras en Ezeiza. Se advirtió lo que pasaría, no escucharon. Disfruten