Tim Clark, presidente de Emirates, planea retirarse en junio, poniendo fin a más de tres décadas convirtiendo a la aerolínea de Dubai en la más grande del mundo y siendo un actor fundamental en la aviación como hoy la conocemos.
El hombre de 70 años se unió a la aerolínea estatal como parte de su equipo ejecutivo fundador en 1985, asumiendo el puesto de CEO 18 años después, en 2003. Durante su mandato, Emirates se convirtió en una potencia mundial desde su hub de Dubai como punto de conexión para viajeros de larga distancia entre Asia-Pacífico, Estados Unidos, Europa y África.
«A través de guerras, recesiones económicas, desastres naturales o provocados por el hombre, y varios cambios abruptos de la industria, Tim ha dirigido hábilmente y ha hecho crecer a Emirates hasta alcanzar su posición actual», dijo el Sheikh Ahmed bin Saeed Al Maktoum en un memorando interno de la compañía. Clark permanecerá ligado a Emirates en una función de asesoramiento, dijo.
Clark supo adaptarse a los nuevos tiempos durante su mandato. Tuvo que defenderse de lo que llamó una «tormenta» de aerolíneas de bajo costo que invaden rutas intercontinentales, la columna vertebral del modelo de Emirates, a medida que los viajes más largos se volvieron más viables para aviones más pequeños.
Para ayudar a contrarrestar esa amenaza, la aerolínea ha fortalecido los lazos con la low-cost Flydubai, también propiedad del gobierno de Dubai.
Tim Clark fue no de los impulsores del A380, del cual Emirates es el cliente más importante. Lo sostuvo hasta donde fue posible, ya superado en eficiencia y costos por los bimotores. En septiembre sin pelos en la lengua dijo que tanto Airbus como su principal rival Boeing tenían que mejorar y estar a la altura de la industria, abrumada por los retrasos y los problemas operativos con los nuevos aviones. En ese momento dijo que «se le había acabado la paciencia».
Si bien Emirates se presenta como un negocio rentable durante las últimas tres décadas, Clark tuvo numerosos desafíos externos: desde las secuelas de los ataques terroristas de 2001 hasta una caída del precio del petróleo desde los máximos históricos que había alcanzado en 2008. Más recientemente, una marcada desaceleración del crecimiento económico global, una serie de tensiones geopolíticas y las derivadas de las guerras comerciales ocuparon el centro de la agenda, y Clark dijo que espera que la demanda disminuya en los próximos dos o tres años, ya que no hay señales claras de una recuperación..
El periódico Khaleej Times informa que el director de operaciones de la aerolínea, Adel Al Redha, y el director comercial Adnan Kazim están entre los candidatos para reemplazar a Clark. Serán enormes los zapatos a llenar, ya que el señor Tim Clark fue, además de un CEO, un transformador.
Extraordinario.
Llevar a una empresa a través del tiempo y situaciones históricas que la afectaron y posicionarla en el nivel de Emirates, más que una hazaña, es y será un vuelo turbulento.