La discusión está en marcha dentro de la compañía: a partir de la abrupta caída en la demanda generada -entre otros factores- por la crisis sanitaria del COVID-19, Aerolíneas Argentinas evalúa extender los recortes en la ruta a Roma. Y podría no ser el único destino internacional a reducir.
A la situación sanitaria, la recesión -local e internacional- y a la cuarentena total que están implementando algunos países (Italia mismo y el caso de Israel), se le suma la lógica preocupación de las tripulaciones que deben cumplir los vuelos. El lunes, APLA envió una nota a la compañia solicitando que los vuelos a Roma se consoliden todavía más (habían bajado de 5 semanales a 3), para minimizar la exposición al brote.
Si este planteo era válido en la mañana del lunes, imagínense qué tan sensato se volvió a la tarde, cuando el gobierno Italiano informó que extendía la cuarentena más allá de la región Lombarda y restringía los movimientos en todo el país.
Sumado a eso, la decisión del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de otorgar licencias especiales a los trabajadores en relación de dependencia -pública o privada- que hayan vuelto de viaje de países afectados pone a la programación de vuelos en un aprieto: si la decisión se vuelve obligatoria, las tripulaciones que hagan el vuelo a Roma deberían ir entrando en cuarentena con cada regreso. No hace falta un posgrado en Bologna para entender que en poco tiempo toda la plantilla de internacional debería quedarse en su casa.
Teniendo en cuenta el escenario global, en el que la demanda se desplomó por completo, no sería un despropósito ni un disparate cancelar por ahora la ruta a Italia. Hace apenas unas horas la Unión Europea flexibilizó las regulaciones de uso de slots en los aeropuertos (el sistema «use it or lose it» exigía que los operadores mantengan un 80% de regularidad en una ruta para asegurar el slot en los aeropuertos de origen o destino), lo que va a impactar severamente en la cantidad de conexiones ofrecidas por los operadores.
En esta dinámica tan particular en la que estuvo inmersa la aviación comercial en estas últimas semanas -con características similares a estar cayéndose por una escalera-, tal vez sea un buen momento para pecar de cautos. Desensillar hasta que aclare y dejar de exponerse. Financiera y operativamente, pero sobre todo, desde el factor humano. Veremos cómo sigue.
Actualización: Aerolíneas Argentinas emitió un comunicado que detalla los vuelos adicionales que canceló y la nueva política de cambios.
Aerolíneas Argentinas extiende las cancelaciones a Roma y flexibiliza la política de cambios
Con virus o sin virus esa ruta era un fracaso. Que la levanten y a otra cosa. Basta de perder.plata de los contribuyentes en rutas que dan déficit
Ningún fracaso, siempre que viaje iba lleno el avión.
Vuelo lleno no significa éxito en la ruta… Vamos! Si eso se ha discutido mil veces en los foros de acá…