A partir de la iniciativa Norteamericana de evaluar la conveniencia de establecer una cuarentena al arribo como medida adicional de seguridad sanitaria si la confianza en los test PCR previos al embarque que ya requiere no puede asegurarse, el foco de la cuestión cambió del posible confinamiento obligatorio a la gran pregunta: Entonces, ¿qué es un test confiable? ¿Cómo se determina tal cosa?
En la misma disyuntiva se encontraba Dinamarca, que ayer tomó una decisión en relación directa con un estado de relevancia mayúscula por volumen de negocios: Emiratos Arabes Unidos. Por los próximos cinco días, Dinamarca no recibirá vuelos de ese país, mientras recopila información sobre los test PCR que los viajeros realizan antes de dejar el Emirato.
«No podemos ignorar la sospecha,» dijo Benny Engelbrecht, Ministro de Transporte Danés. «Investigaremos el asunto y evacuaremos todas las dudas que tengamos.» Dinamarca está experimentando un incremento pronunciado de casos en estas últimas semanas y se vio particularmente sobresaltada a partir del caso de un pasajero que arribó desde Dubai con test negativo y se confirmó que es portador de la recientemente descubierta variante Sudafricana de Coronavirus.
Emiratos Árabes apostó fuerte a un retorno a la normalidad con base en una estrategia de detección temprana mediante testeos masivos, y para eso realizó 24 millones de tests cuando tiene 9 millones de habitantes. Sin embargo, las dudas se centran en la calidad técnica de los kits de testeo, provenientes de China.
De acuerdo a los números que viene presentando, la estrategia de Dubai no parece estar siendo efectiva: los casos se triplicaron desde noviembre, y se incrementaron las restricciones de reunión. La ciudad también impuso la suspensión inmediata de «actividades de entretenimiento», lo que contrasta con la idea inicial de presentarse como un destino abierto al turismo con una experiencia similar a la pre-pandemia.
Las autoridades de ambos estados informaron que están trabajando en clarificar la situación de los tests y en confirmar que los mismos cumplen con los estándares definidos por la comunidad científica.