Como consecuencia de las nuevas restricciones impuestas por el gobierno australiano, Qantas anunció la suspensión de alrededor de 2.500 empleados. Los mismos serán colocados en situación de licencia sin goce de sueldo durante al menos dos meses.
Los afectados serán pilotos, tripulantes de cabina y empleados de aeropuerto de la división de vuelos domésticos de la aerolínea. La afectación principalmente ocurrirá entre los trabajadores de Nueva Gales del Sur, el estado más poblado del país y sede de su capital, Sídney.
Según lo comunicado por la aerolínea a Reuters, no se prevén por el momento despidos entre los trabajadores afectados. Qantas informó que pasó de operar casi el 100% de su capacidad pre pandemia en mayo a menos del 40% en julio. Esto se produce a causa de los cierres destinados a frenar la rápida propagación de la variante Delta del coronavirus. Sídney, la mayor ciudad y capital del país, permanecerá en lockdown durante al menos tres semanas y media.
El presidente ejecutivo de Qantas, Alan Joyce, dijo al respecto: «con base en los números de casos actuales es razonable suponer que las fronteras de Sídney estarán cerradas durante al menos otros dos meses». La aerolínea no almacenará ninguno de sus aviones porque quiere poder «disponer rápidamente de ellos a medida que regrese la demanda». El objetivo es superar el 100% de la capacidad pre pandemia para fin de año, agregó Joyce.
Los empleados domésticos se sumarán así a casi 6.000 de sus colegas de la división internacional, que se encuentran suspendidos debido al cierre de fronteras. Qantas tiene en total alrededor de 22.000 empleados en su fuerza laboral.
