El programa de producción del C919 se está enfrentando a duras dificultades para cumplir los objetivos de certificación y producción producto de las estrictas normas de exportación de Estados Unidos.
De acuerdo a lo reportado por Reuters citando a tres fuentes con conocimiento del programa, el fabricante, Commercial Aircraft Corporation of China (COMAC), propiedad del estado chino, no ha podido obtener repuestos por parte de sus proveedores. En algunos casos, se ha quedado incluso sin piezas de recambio. Desde diciembre de 2020 Estados Unidos exige licencias especiales para exportar piezas y asistencia tecnológica a cualquier empresa que posea lazos con el ejército chino. Esto ha puesto en jaque el programa del C919, que lleva ya trece años en desarrollo.
Los proveedores estadounidenses reciben gradualmente las licencias, pero los contratiempos han ralentizado la certificación. COMAC tiene 815 órdenes abiertas por el C919, pero sólo China Eastern Airlines ha hecho un pedido en firme: cinco aviones. La aerolínea, también propiedad del estado, dijo que espera recibir su primer C919 a finales de año, con dos siguiendo en 2022 y la misma cantidad en 2023.
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«COMAC está muy preocupada por los vuelos de prueba. Están volando todo lo que pueden para alcanzar las horas mínimas necesarias para alcanzar la certificación en China», dijo a Reuters una fuente relacionada con el sector. «A pesar de todos estos problemas, COMAC está muy decidida a obtener la certificación, una tarea política primordial para el gobierno». Es probable que el C919 reciba su certificado de tipo a finales de este año. Sin embargo, podría incluir una «larga lista de limitaciones operativas». Incluso, después de la certificación, COMAC deberá realizar modificaciones sobre la aeronave.
El C919 se ensambla en China pero depende en gran medida de componentes occidentales, como los motores o la aviónica. Esto ha hecho vulnerable al programa frente a las medidas de restricción a la transferencia de tecnologías. Estas comenzaron a escalar a mediados del año pasado, culminando con la inclusión de dos filiales clave de COMAC en una lista de empresas con vínculos militares en diciembre de 2020, que añadió requisitos burocráticos a la concesión de licencias.