Flyr dio a conocer que incorporará seis Boeing 737-8, tras firmar una carta de intención (LOI) con Air Lease Corporation (ALC).
La noruega recibirá los aviones directamente desde la fábrica de Boeing durante la primera mitad de 2022. También acordó una opción por cuatro aviones más con fecha de entrega en 2023.
La directora general de Flyr, Tonje Wikstrøm Frislid, destaca que el modelo de última generación de Boeing responde a las necesidades de la aerolínea, con el objetivo de satisfacer el desarrollo de una aviación más sostenible.
La directora declaró que la aeronave emite un 14% menos de emisiones que los modelos anteriores de Boeing 737.
Como aerolínea start-up, Flyr destacó que es la única en Noruega que paga el 100% de sus emisiones en el marco del Sistema de Compensación de Emisiones (ETS) de la UE, en contraste con otras aerolíneas nacionales que reciben grandes exenciones a través de la asignación gratuita de derechos de emisión.
La Asociación de Tripulantes de Cabinas y Pilotos de Flyr se muestra optimistas con respecto a la elección de la compañía del nuevo avión.
«Estos nuevos aviones tienen claras ventajas para el cliente y la tripulación, sobre todo por el menor ruido a bordo y un mejor ambiente en la cabina», dijo Robin Dybvik, de la Asociación de Cabinas Flyr.
«Nos complace que Flyr haya decidido hacer la transición al 737-8 mientras sigue aumentando su flota. El 737-8 ayudará a Flyr a reducir sus costes operativos al disminuir el consumo de combustible y reducir el ruido y las emisiones de CO2», dijo Ricardo Cavero, Vicepresidente de Ventas y Marketing para Europa de Boeing Commercial Airplanes.
«ALC se complace en anunciar este contrato de arrendamiento de seis aviones 737-8 con el nuevo cliente, Flyr, y formar parte del desarrollo de la aerolínea», dijo Steven F. Udvar-Házy, Presidente Ejecutivo de Air Lease Corporation.
Actualmente la empresa opera con cuatro Boeing 737-800 a 17 destinos desde su base en Oslo (OSL), Noruega.
Una aerolínea Escandinava volverá a contar con B737 MAX
El modelo del fabricante estadounidense ha sido escurridizo en la región: dos compañías lo ordenaron pero no duraron por mucho tiempo con los colores de las aerolíneas.
La danesa Primera Air ordenó 16 Boeing 737-9 vía leasing a Air Lease Corporation, con el objetivo de implementar varios enlaces trasatlánticos. La compañía colapsó en 2018 ante las dificultades económicas que atravesaba, consumiendo rápidamente los aportes de capital que le otorgaban sus inversionistas.
El cierre de la compañía fue abrupto y varios Boeing 737 MAX se encontraban listos para ser entregado a Primera Air. Tras los accidentes del modelo y la crisis de COVID-19, llevó tres años encontrarles un nuevo operador.
Por otro lado, Norwegian Air Shuttle efectuó uno de los pedidos más grandes de la historia en la aviación europea, que incluía 100 Boeing 737 MAX. La empresa logró contar con 18 aeronaves, la mayoría usadas para conectar destinos secundarios de Estados Unidos desde el oeste de Europa.
Pero una combinación de factores -la sobreextensión de las operaciones de Norwegian, las dificultades del MAX y la depresión absoluta de la demanda en 2020 y 2021, entre otros-, hicieron que el ambicioso operador tuviera que abandonar sus planes y achicarse a un mínimo casi simbólico.