Un nuevo paso hacia la descarbonización de la industria es el que dió el fabricante europeo, en asociación con otras compañías y organismos, al testear vuelos en formación en una operación de larga distancia. Las pruebas fueron realizadas con dos aeronaves A350, que volaron a tres kilómetros de distancia entre ellas, desde Toulouse, Francia, hasta Montreal, Canadá.
Aplicando esta estrategia, para las operaciones se ahorraron más de seis toneladas de emisiones de CO2, lo que implicaría reducir hasta en un 5% el consumo de combustible en vuelos de larga distancia.
Este vuelo es el resultado del trabajo que Airbus viene llevando adelante a través del proyecto de demostración fello’fly, que se aloja dentro de la plataforma Airbus UpNext y que está centrado en el biomimetismo, es decir, la innovación a partir de la observación de algunos fenómenos que ocurren en la naturaleza y que pueden ser extrapolados a la industria.
Según informó la compañía, la demostración fue posible “gracias a los sistemas de control de vuelo desarrollados por Airbus que posicionan el avión seguidor de forma segura en la estela de la corriente ascendente del avión líder, lo que le permite reducir el empuje del motor y reducir el consumo de combustible. Se puede observar un principio similar con las aves migratorias grandes, como los gansos, que vuelan juntas en una formación distinta en forma de V”.
El paso siguiente a esta exitosa prueba, de acuerdo a lo que informó Airbus en un comunicado, es conseguir el apoyo de las autoridades para que el nuevo concepto operativo sea certificado y, a partir de allí, promover que las aerolíneas lo empleen para reducir el consumo de combustible y la huella de carbono de sus operaciones.
Sabine Klauke, directora técnica de Airbus, aseguró que esta experiencia “es un ejemplo concreto de nuestro compromiso de hacer realidad nuestra hoja de ruta de descarbonización. También habla de cómo la colaboración en toda la industria será clave para que esto suceda. Hemos recibido un fuerte nivel de apoyo para este proyecto por parte de nuestras aerolíneas y socios de tráfico aéreo, además de los reguladores. La oportunidad de implementar esto para aviones de pasajeros a mediados de esta década es muy prometedora».
La prueba de vuelo contó con la colaboración y el monitoreo de organismos de gestión del tráfico aéreo y proveedores de servicios de navegación de ambos lados del Atlántico. Asimismo, la Dirección Nacional de Aviación Civil francesa acompañó a Airbus en el proceso para demostrar que el concepto no compromete la seguridad de la operación.
A su llegada al Aeropuerto Internacional de Montreal-Trudeau, el vuelo fello’fly fue recibido por representantes de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Salvatore Sciacchitano, presidente del consejo de la organización, aseguró que la demostración representa “un ejemplo inspirador del nivel de compromiso actual para reducir las emisiones de la aviación”. Por su parte, el secretario general de la OACI, Juan Carlos Salazar, celebró «la increíble diversidad de innovaciones en el transporte aéreo que ahora se están realizando para cumplir con los objetivos del sector y garantizar que los vuelos sean cada vez más sostenibles «.
Cuando hablamos de iniciativas para descarbonizar la industria nos encontramos con una gran cantidad de desarrollos que se están llevando adelante, algunos a corto plazo, y otros a mediano-largo. La propuesta que Airbus está testeando es, sin dudas, una gran herramienta para otorgarle mayor eficiencia a las operaciones para mediados de esta década, mientras los proyectos que buscan vuelos sin emisiones alcanzan la madurez.