«Eso es todo para Wizz Air. Acaba de ser excluida». Así de tajante comenzaba el comunicado del fondo de inversiones danés AkademikerPension para informar que retiraba su dinero de la aerolínea húngara.
Jens Munch Holst, director de AkademikerPension, anunció que «tras mantener diálogos con la dirección de la empresa no se nos ha asegurado que se vayan a iniciar los cambios que venimos reclamando. Por lo tanto, no vemos otro camino que el de expulsar a la empresa de nuestro portfolio».
De acuerdo al fondo, las investigaciones han demostrado que la dirección de Wizz Air se ha negado «repetidamente» a reconocer la libertad de asociación y el derecho a la negociación colectiva de sus empleados basados en Rumania, Ucrania, Noruega e Italia, entre otros.
También remarca que «varios tribunales han dictaminado que la empresa ha tenido un comportamiento discriminatorio y ha despedido a empleados por su afiliación a un gremio», algo que sería «contrario a los derechos humanos y laborales consagrados por la ONU». En 2020, el director general de la empresa, József Varadi, incluso llegó a declarar que estaba en contra de los sindicatos ya que estos «matan el negocio».
«El riesgo de que se nos acuse de violar nuestra política de inversión responsable nos impide continuar asociados con Wizz Air», indicó Munch Holst. «La exclusión es la última herramienta que utilizamos cuando intentamos influir en las prácticas de las empresas. Sin embargo, no tememos aplicarla cuando sea necesario. Wizz Air está, desde este momento, fuera de nuestro universo de inversión», cerró el directivo.
Por esta decisión AkademikerPension venderá sus acciones en la empresa, valuadas en alrededor de 22 millones de coronas danesas (3.4 millones de dólares).
