Si bien las entregas del 787 Dreamliner continúan detenidas por decisión de la Administración Federal de Aviación (FAA), Boeing está poniendo a prueba la capacidad de sus proveedores para cumplir con objetivos de producción sumamente ambiciosos.
Aunque el fabricante se rehúsa a realizar predicciones sobre cuándo obtendrá la aprobación de los reguladores para reanudar las entregas, de acuerdo a fuentes de Reuters, la empresa con sede en Chicago planea que «hasta siete» unidades salgan mensualmente de las líneas de producción a finales de 2023.
Las entregas del 787 llevan casi un año detenidas por defectos de fabricación y trabas a la certificación de las unidades del modelo. Según las fuentes de Reuters, Boeing ha planteado a sus proveedores lo que algunos analistas consideran «escenarios ambiciosos» debido al estado de la industria en lo que al fabricante estadounidense atañe: sucesivas crisis (737 MAX y Covid-19), guerra comercial Estados Unidos – China, y, actualmente, escasez de mano de obra y materiales por la invasión de Rusia a Ucrania.
Alcanzar los objetivos dependerá de varios factores, entre ellos la reanudación de las entregas, la rapidez con la que pueda colocar el inventario (más de 100 unidades aún esperan ser entregadas) y la medida en que la crisis de Ucrania reduzca la demanda. Mientras que algunas fuentes del sector consultadas por el medio citado han tanteado que la reanudación de las entregas podría ocurrir el mes que viene, algunos se muestran menos optimistas.
El plan de Boeing podría suponer un aumento de la tasa mensual de producción de dos 787 a tres alrededor de mayo -si las entregas se han reanudado para entonces- y a cuatro alrededor de noviembre. Luego de esto, el fabricante «ha pedido a los proveedores que estén preparados para afrontar un ritmo de hasta siete unidades al mes en torno a octubre de 2023» de ser necesario. Antes de la pandemia, Boeing construía mensualmente alrededor de 12 de estos aviones.
Dudas sobre si las aerolíneas requieren tantas unidades
La industria ha recibido señales contradictorias sobre la demanda de aviones, sobre todo de largo alcance. Si bien Boeing ha dicho públicamente que ve una recuperación total del tráfico aéreo hacia finales de 2024, remitió a un proveedor un mensaje en el que indicaba que la tasa de producción de piezas del 787 podría alcanzar los niveles anteriores a la pandemia recién hacia 2026 o 2027.
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«En general, nuestras proyecciones para la recuperación del mercado comercial se mantienen sin cambios, y seguimos asumiendo que el tráfico de pasajeros volverá a los niveles de 2019 entre 2023 y 2024», dijo un vocero de Boeing.