British Airways, la mayor aerolínea del Reino Unido, anunció que cancelará otros 1.500 vuelos, la mayoría durante el mes de julio. La empresa cancelaría hasta 10.300 vuelos de corta distancia hasta octubre.
Desde hace semanas, se produjeron reprogramaciones y cancelaciones, en gran parte debido a la escasez de personal en el sector. Muchas compañías aéreas experimentan dificultades para hacer frente al incremento de la demanda propia del comienzo de la temporada estival.
El origen del problema se remonta a las etapas de mayores restricciones durante la pandemia, cuando se perdieron muchos puestos de trabajo en la industria. A partir de la posterior flexibilización de medidas y la paulatina reapertura de diferentes actividades económicas, la aviación experimenta una marcada recuperación. El proceso ya lleva varios meses. Sin embargo, el aumento de la demanda no encontró como respuesta una adaptación a tiempo para cumplir con los servicios de acuerdo con lo programado.
Adicionalmente, se produjeron reclamos y huelgas llevados a cabo por sindicatos que nuclean a empleados aeronáuticos en distintos países europeos. La situación impactó particularmente a las operaciones en el Reino Unido.
La mixtura creó una tormenta perfecta: una oleada de infecciones de COVID-19 agravó la escasez de personal, la guerra en Ucrania restringió el espacio aéreo en Europa y provocó «cuellos de botella en los cielos», y las huelgas contribuyeron al problema.
British Airways, que despidió a alrededor de diez mil trabajadores desde el comienzo de la pandemia y ahora lucha contra recuperar personal en un mercado laboral transformado, ya había reducido en un 10% su programación inicial de vuelos entre abril y octubre. Sin embargo, desde la compañía expresaron que «el sector de la aviación sigue enfrentándose al período más desafiante de su historia» y que serían necesarias más cancelaciones.
La nueva reducción de la programación de verano se anunció en la misma semana en que finalizará el plazo previsto por el Departamento de Transporte del Reino Unido para que las aerolíneas liberen las franjas horarias de los aeropuertos (slots) que prevén no poder utilizar. El período finalizará mañana, viernes 8 de julio. La medida tiene como objetivo evitar que se produzcan nuevamente complicaciones como las acontecidas durante la última Semana Santa y el Jubileo de Platino de Isabel II.
«Esta nueva flexibilidad significa que podemos reducir incluso más nuestro horario y consolidar algunos de nuestros servicios menos problemáticos para poder proteger el mayor número posible de vuelos de vacaciones», dijeron desde British Airways.
Por otro lado, la reducción del cronograma de vuelos coincide con las protestas de cientos de empleados de facturación de la aerolínea en el Aeropuerto de Londres-Heathrow, que es su principal base de operaciones y, a la vez, la terminal con mayor tráfico de pasajeros del país y de Europa.
Si bien no hay hasta el momento una huelga confirmada, fuentes sindicales dijeron que mantuvieron «extensas conversaciones» con la compañía. No obstante, la realización de una medida de ese tipo impondría nuevas dificultades a la programación de British Airways.
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