Qantas reafirmó que su adquisición de Alliance Aviation Services no es monopólica ni disminuirá la competencia en el mercado de vuelos chárter australiano. Sin embargo, la agencia para defensa de la competencia del país no parece estar de acuerdo.
La aerolínea posee actualmente algo menos del 20% de participación dentro de Alliance, a la vez que es su mayor cliente. La compañía alquila -en régimen AICM- hasta 18 aviones Embraer, que Alliance opera en su nombre en rutas domésticas.
En mayo, Qantas cerró un acuerdo para adquirir por completo Alliance. Según la empresa, esto le permitiría prestar un mejor servicio. El acuerdo incluye una condición suspensiva mediante la cual no entrará en vigencia la adquisición hasta tanto no sea aprobado el negocio por parte de la Australian Competition & Consumer Commision (ACCC), encargada de velar por la defensa de la competencia y del consumidor.
Alliance, pese a representar apenas el 2% de la industria aeronáutica australiana, opera alrededor del 30% de los servicios chárter. Qantas concentra alrededor del 23%, Virgin Australia un porcentaje similar, y las operaciones restantes son distribuidas entre varias otras aerolíneas.
El gobierno se pronuncia y dice que ha «encontrado problemas» con la adquisición
La ACCC planteó hace unos días que ha encontrado preliminarmente «problemas de competencia» con la propuesta de adquisición. Según la agencia, Alliance y Qantas compiten en la prestación de servicios chárter para las empresas mineras. Estas transportan a trabajadores de la industria en servicios «fly-in fly-out» en los estados de Queensland y Australia Occidental.
La presidenta de la ACCC, Gina Cass-Gottlieb, señaló respecto a esto que a la agencia le «preocupa que esta adquisición pueda reducir sustancialmente la competencia en los servicios de transporte aéreo hacia y desde las zonas remotas de Queensland y Australia Occidental para clientes corporativos».
«Esta fusión uniría a dos de los tres principales operadores de transporte aéreo de Queensland y Australia Occidental. Varios participantes del sector han expresado su preocupación por el impacto de esta propuesta de adquisición en los servicios de transporte», agregó Cass-Gottlieb. A modo de ejemplo, la agencia señaló que la unión tornaría monopólica para Qantas la ruta Brisbane-Moranbah.
Según la ACCC, se está estudiando el nivel de competencia que supondrían aerolíneas como Virgin y Cobham a la operación de Alliance si esta fuera absorbida. También está analizando cómo la eliminación de los servicios de leasing de Alliance afectaría a los participantes para competir con Qantas en las rutas regionales, ya que la empresa es un proveedor clave de aviones de tamaño medio en régimen wet-lease o AICM.
Respecto a este punto, Cass-Gottlieb agregó que la agencia considera, al menos preliminarmente, que «ya existen barreras significativas para las aerolíneas que quieren entrar o expandir sus operaciones en áreas remotas. La desaparición de Alliance como proveedor de wet-lease probablemente devenga en barreras aún más altas». La directiva cerró manifestando su punto de vista respecto a la industria. «Una aviación competitiva es fundamental para la economía australiana, y examinaremos a fondo todas las fusiones que puedan afectarla».
Según Rex, ya comienzan a verse las consecuencias del monopolio
Rex, la mayor aerolínea regional de Australia, indicó que el cese de operaciones de Qantas en las rutas Melbourne-Wagga Wagga y Melbourne-Mount Gambier, «demuestran claramente» las verdaderas intenciones de la aerolínea.
La aerolínea ya había advertido en diciembre de 2020 -al público en general y a los reguladores de la competencia- sobre sus «graves preocupaciones de que Qantas se estaba embarcando en una estrategia de dumping: la aerolínea buscaba inundar el mercado de aerolíneas regionales con capacidad excesiva para así eliminar a sus competidores, lo que tendría efectos devastadores a largo plazo para la aviación regional».
Continúa la aerolínea: «en lugar de retirarnos, aumentamos significativamente nuestras operaciones en rutas regionales para hacerle frente a Qantas. Al ver que su comportamiento no estaba teniendo el efecto deseado, la aerolínea se dio cuenta que
sus pérdidas hacen insostenibles estas rutas».
Rex cerró con una predicción: «estas dos cancelaciones son solo la punta del iceberg, y serán seguidas por varias otras rutas marginales en las que Qantas ingresó solo con la intención de desestabilizar la economía operativa de las mismas y tornarse monopólica una vez que los competidores las abandonasen».
Los ejecutivos de Qantas se defienden
John Gissing, encargado de la división Líneas Aéreas y Servicios Asociados de Qantas, afirmó que la aerolínea seguirá trabajando con la ACCC para garantizar que se resuelvan los problemas de competencia que se plantean.
Gissing señaló al respecto que «Australia tiene una de las industrias aeronáuticas más competitivas del mundo. Hay un número importante de operadores de vuelos chárter de distintos tamaños y eso lo convierte en un segmento extremadamente competitivo. Estamos seguros de que nuestra adquisición de Alliance no disminuye sustancialmente esa competencia, y tildar a Qantas de monopólica no tiene sentido».
«Los clientes de estos vuelos chárter son grandes empresas con muchos recursos, con experiencia en contratos empresariales, y tienen un fuerte poder en sus negociaciones», agregó Gissing. Por último, el directivo cerró indicando que «el sector sigue creciendo y cualquier licitación será muy competitiva».
Cuando Qantas compró su participación minoritaria en Alliance en 2019, dejó claro su interés de adquirir, a largo plazo, el 100%. Según la aerolínea, la ACCC investigó su participación en Alliance durante tres años y no encontró ninguna prueba de que la misma disminuyera la competencia.