En línea con el nuevo plan estratégico que había sido presentado el 7 de septiembre para ajustar las operaciones de la empresa al nuevo panorama impuesto por la invasión rusa a Ucrania, Finnair iniciará el 5 de octubre la ronda de negociaciones con sus empleados para avanzar en una reorganización de funciones que también incluirá despidos.
La compañía, que hoy emplea a 5.300 personas, estima que alrededor de 200 puestos de trabajo serían eliminados a nivel global, 120 de ellos en Finlandia, que afectarían principalmente a la plantilla de 770 personas que se desempeñan en roles ejecutivos, gerencias y expertos. Las tripulaciones y puestos operativos no serían afectados.
«La invasión de Ucrania por parte de Rusia y el cierre del espacio aéreo ruso han afectado a nuestro negocio de forma significativa. Así, además de otras acciones para restablecer la rentabilidad de Finnair, tenemos que discutir medidas que son, por desgracia, las más dolorosas para nuestros empleados», dijo al respecto Topi Manner, CEO de Finnair.
La aerolínea destacó que en las negociaciones, las cuales se extenderían por alrededor de seis semanas, incluirán apoyo social para facilitar la reinserción a quienes pierdan el trabajo, similar al ofrecido durante la pandemia y que aseguran obtuvo buenos resultados.
Por años, la estrategia de Finnair se apoyó en gran medida en la conexión aérea entre Europa y Asia a través de rutas septentrionales, que reducen considerablemente los tiempos de viaje.
No obstante, la actual imposibilidad de sobrevolar el espacio aéreo afecta a casi la totalidad de las aerolíneas europeas. Por ende, muchos operadores debieron optar por trazar nuevos recorridos o cancelar servicios. Las rutas de Finnair entre Helsinki (ubicada más al norte que la mayoría de las terminales europeas con servicios directos hacia Asia y próxima a la frontera entre Finlandia y Rusia) y Lejano Oriente sufrieron modificaciones.
Actualmente, los vuelos siguen rutas trazadas más al sur. Por ese motivo, y dependiendo del destino final, demoraran alrededor de dos o más horas adicionales con respecto al habitual recorrido más al norte, que implica el sobrevuelo de Siberia. La prolongación de las operaciones impacta en los costes de combustible y, por ende, deriva en una menor rentabilidad.
Las acciones que habían sido presentadas en septiembre incluían una red geográficamente más equilibrada, la reducción y optimización de la flota, el fortalecimiento de los ingresos unitarios a través de la mejora de la oferta digital y productos más competitivos, el aprovechamiento de las asociaciones con otras empresas y en especial su membresía a Oneworld, y la reducción de un 15% en los costos unitarios excluyendo combustible con respecto a 2019.
En el primer semestre de 2022 Finnair tuvo una pérdida operativa de 257,8 millones de euros (177 millones atribuidos al incremento del costo del combustible). En 2021 las pérdidas totales llegaron a EUR 464 millones mientras que en 2020 fueron 523 millones.
Durante la última presentación de resultados a mediados de julio, Finnair estimó que durante el tercer y cuarto trimestre su capacidad alcanzaría niveles del 70% en comparación con los mismos períodos de 2019.