En medio de la difícil situación que la aviación rusa enfrenta como consecuencia de las sanciones impuestas al país luego de la invasión militar a Ucrania, la aerolínea Rossiya, con sede en San Petersburgo y perteneciente a Aeroflot, analiza despedir a cerca de cien pilotos de Airbus A319 y A320.
A medidos de diciembre, el sindicato que representa a los tripulantes técnicos de Rossiya informó que la compañía había tomado la decisión de poner en excedencia a un centenar de trabajadores.
La aerolínea explicó que tomaba la decisión por «circunstancias de emergencia que afectan a las actividades financieras y económicas»: debido a las restricciones para conseguir componentes extranjeros, la compañía ya no puede depender de las piezas importadas y se ve obligada a buscar alternativas para seguir sosteniendo su operación.
El impacto de las sanciones
La situación afecta especialmente a las aeronaves desarrolladas por fabricantes occidentales. Las sanciones obligan a los operadores rusos a buscar repuestos dentro de sus fronteras, ya que las mayores compañías productoras de aviones del mundo (Airbus, Boeing y Embraer) dejaron de suministrar componentes. Actualmente, Rossiya cuenta con 26 Airbus A319 y A320.
En este contexto, en ocasiones las aerolíneas deben recurrir a la recolección de piezas de sus propios aviones para realizar tareas de mantenimiento en otros equipos. Como consecuencia, y por motivos de seguridad, un número creciente de aeronaves se almacenaron en tierra. En el largo plazo, esto podría derivar en la inutilización de gran parte de las flotas.
Si bien Rossiya informó que las suspensiones son de carácter temporal, también expresó que los despidos podrían ser necesarios para evitar recortes masivos, dadas las «circunstancias de emergencia» aducidas por la compañía. En principio, los pilotos serían desprogramados de forma rotativa durante varios días cada mes entre enero y marzo de 2023.
Ver también: Rusia: Rossiya presenta el primer Irkut MC-21 en lucir la librea de una aerolínea