El Gobierno de Canadá anunció que las negociaciones habían concluido con éxito, y que había llegado a un acuerdo con el Gobierno de EE.UU. y Lockheed Martin con Pratt & Whitney para la adquisición de 88 aviones de combate de quinta generación F-35, equipos y armas asociados, así como la formación y servicios de mantenimiento.
La selección del modelo norteamericano por sobre el Gripen sueco (para reemplazar a su actual flota de cazas CF-A/B Hornet) fue anunciada en marzo del 2022. Lo que siguió fueron casi 10 meses de intensas negociaciones con las compañías implicadas y con el Gobierno de EE.UU.
En su comunicado de prensa, Lockheed Martin informo que la Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF) recibirá 88 cazas furtivos polivalentes F-35A, una solución de mantenimiento adaptada a las necesidades soberanas de Canadá y un completo programa de entrenamiento.
«Canadá es nuestro amigo y estrecho aliado. Su decisión de adquirir casi 90 cazas subraya el valor del increíble F-35 Lightning II», declaró el teniente general de las Fuerzas Aéreas de EE.UU. Mike Schmidt, director ejecutivo del programa F-35 Joint Program Office. «El F-35 es el mejor del mundo y ofrece una interoperabilidad sin igual a Estados Unidos, Canadá y los otros 15 países que lo han elegido. Cambia las reglas del juego en todo el mundo». Mediante la proyección de potencia, el F-35 es la punta de lanza de la disuasión. Su presencia avanzada seguirá garantizando que los adversarios potenciales elijan la diplomacia en lugar del conflicto armado».
Se prevé que las primeras entregas de estos aviones comiencen en 2026 y que se alcance la plena capacidad operativa de toda la flota de 88 cazas F-35A, entre 2032 y 2034.
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Se trata de la mayor inversión en la RCAF de los últimos 30 años. La inversión estimada para este proyecto es de 19.000 millones de dólares canadienses (unos USD 14.214 millones), lo que incluye el equipamiento asociado, la puesta a punto y los servicios de mantenimiento, así como la construcción de las instalaciones del escuadrón de cazas en Bagotville y Cold Lake.
Impacto económico de la compra
«Junto con nuestros socios de la industria canadiense, nos sentimos honrados por esta selección y el mantenimiento de puestos de trabajo críticos que seguirán dotando a la mano de obra canadiense de habilidades avanzadas», dijo Lorraine Ben, directora ejecutiva de Lockheed Martin Canadá. «El programa F-35 produce enormes beneficios económicos para la industria aeroespacial y de defensa de Canadá, y esperamos seguir creciendo».
El Gobierno canadiense estima que la adquisición y el sostenimiento inicial del proyecto F-35 tienen el potencial de aportar más de 425 millones de dólares (CAN) anuales al producto interno bruto de Canadá y cerca de 3.300 puestos de trabajo anuales para la industria canadiense y los socios de la cadena de valor durante un periodo de 25 años (directos e indirectos). Además, se realizarán importantes inversiones en la renovación de las infraestructuras de Defensa Nacional en varias bases de Canadá, que incluirán a muchas empresas canadienses de construcción y mantenimiento de obras. La industria canadiense también tendrá importantes oportunidades de mantenimiento relacionadas con la flota canadiense. Se esperan oportunidades en áreas como los depósitos de fuselajes y motores, así como en la formación y el mantenimiento de componentes a lo largo del ciclo de vida útil de la flota.
Canadá es uno de los 8 países socios originales del programa Joint Strike Fighter (JSF), junto con Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Noruega, Dinamarca y Australia. Tras esta compra, la RCAF se convertirá en uno de los mayores operados del modelo.