El Departamento de Defensa Australiano, siguiendo los pasos de la US. Navy, modernizará su flota de aviones de ataque electrónico EA-18G Growler.
La capacidad del EA-18G Growler está siendo actualizada a través del Proyecto AIR 5349 Fase 6 – Growler Avanzado, proporcionando a la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF) con una capacidad tecnológica crítica líder en el mundo.
El EA-18G Growler es un avión de ataque electrónico y supresión/destrucción de defensas aéreas enemigas (SEAD/DEAD), utilizado por la Armada de EE. UU. la RAAF, capaz de perturbar, engañar o negar una amplia gama de sistemas electrónicos militares, incluidos los radares y las comunicaciones. Y armado con misiles anti-radiación, como los AGM-88 HARM, también puede destruir estos radares y sistemas de defensa aérea.
El Ministro de Industria de Defensa, Pat Conroy, declaró que el proyecto está proporcionando la tecnología punta que la Real Fuerza Aérea necesitaba «para hacer frente a un entorno estratégico cada vez más complejo e incierto«.
Las mejoras incluyen:
- Desarrollo cooperativo del sistema de armas AN/ALQ-249 Next-Generation Jammer en asociación con la Marina de los Estados Unidos, para sustituir gradualmente al actual Sistema Táctico de Inhibición ALQ-99.
- Modificaciones de aeronaves, incluida la mejora de los sensores
- Mas misiles antirradiación
- Misiles antirradiación más avanzados y de mayor alcance (el AARGM-ER)
- Mejora de la capacidad de los campos de entrenamiento de guerra electrónica
- Mejora de las instalaciones de Amberley, cerca de Brisbane, y de la zona de entrenamiento aéreo de Delamere, cerca de Katherine, en el Territorio del Norte.
El proyecto de modernización garantizará la homogeneidad con los aviones de la Marina de los Estados Unidos.
La empresa australiana de radares CEA Technologies fue adjudicada con el contrato de 277 millones de dólares australianos (unos 191 USD) para proporcionar capacidades avanzadas a los polígonos de tiro de guerra electrónica de Australia.
El contrato incluirá una serie de emisores fijos y portátiles para apoyar los ejercicios de entrenamiento y reforzar la capacidad de toda la fuerza conjunta.
Se trata del primer contrato adjudicado dentro de la Fase 6, que cuenta con un presupuesto aprobado de más de 2.000 millones de dólares (USD 1.383).
El Sr. Conroy afirmó que las empresas australianas «participarán en la medida de lo posible durante toda la vida de este proyecto«.