Al borde de la guerra: La falla de un misil ruso evitó el derribo de un avión británico

Near-Catastrophe: Russian Missile Misfire Prevents UK Plane Shootdown Over Black Sea

En septiembre de 2022, un caza ruso disparó un misil contra un avión de vigilancia tripulado británico sobre el Mar Negro, pero el arma funcionó mal, según un informe clasificado de los servicios de inteligencia estadounidenses filtrado y funcionarios de defensa de Estados Unidos. El incidente, más grave de lo que se informó inicialmente, podría haberse considerado un acto de guerra.

Dos funcionarios de defensa estadounidenses declararon que el piloto ruso malinterpretó las instrucciones de un operador de radar de tierra y creyó que tenía permiso para disparar. El misil no se lanzó correctamente tras ser disparado contra el avión británico.

En octubre, el Secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, calificó el cuasi accidente de «potencialmente peligroso» durante una sesión informativa parlamentaria. Sin embargo, documentos filtrados calificaron el suceso del 29 de septiembre de «casi derribo». La embajada rusa en Washington no hizo comentarios.

Según informa The New York Times, las tensiones entre los países de la OTAN y Rusia han aumentado desde la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014, con numerosos incidentes con aviones de vigilancia sobre el Mar Negro. La situación ha empeorado a medida que Ucrania depende más de la inteligencia occidental para contrarrestar la invasión rusa, que comenzó el año pasado.

En septiembre, el encuentro cercano entre un RC-135 Rivet Joint británico y dos cazas rusos Su-27 fue confirmado por dos funcionarios de defensa estadounidenses con conocimiento directo. El avión británico, normalmente tripulado por una treintena de personas y capaz de interceptar tráfico de radio, se encontraba en espacio aéreo internacional frente a la costa de Crimea, ocupada por Rusia.

Al parecer, los pilotos rusos, que no estaban en alcance visual pero tenían capacidad para disparar misiles, estaban escuchando las comunicaciones interceptadas entre el Rivet Joint británico y un controlador de radar ruso en tierra.

Un funcionario informado del incidente lo describió como «realmente, realmente aterrador». Cuando se pidió a un funcionario de defensa británico que comentara la información y el documento filtrado, éste declaró que una parte significativa del contenido era falsa o estaba manipulada y aconsejó cautela en cuanto a la veracidad de las afirmaciones.

En octubre, Wallace declaró que había transmitido sus preocupaciones a los militares rusos, incluido el ministro de Defensa de Rusia, Sergei K. Shoigu. El Kremlin alegó un «fallo técnico», y Wallace no consideró el incidente una escalada deliberada por parte de los rusos. En respuesta al suceso, se suspendieron temporalmente los vuelos británicos de vigilancia Rivet Joint antes de reanudarse con escoltas de aviones de combate sobre el Mar Negro.

Con las tensiones elevadas y la falta de comunicación como problema habitual en escenarios bélicos, los vuelos de vigilancia de la OTAN vuelan ahora más lejos de Crimea de lo que permite el derecho internacional. Los documentos filtrados también revelan múltiples incidentes aire-aire en los que se han visto implicados aviones rusos y de la OTAN desde el cuasi derribo de septiembre.

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