Según informó hoy la agencia Reuters, Apollo Global Management, una firma estadounidense de capital privado que opera a nivel global, planea solicitar la aprobación de los reguladores daneses y suecos para hacerse con una participación mayoritaria en la aerolínea multinacional Scandinavian Airlines System (SAS).
Capítulo 11: SAS solicita protección contra la bancarrota
En julio pasado, la compañía aérea presentó una solicitud de protección contra la bancarrota en Estados Unidos a través del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras. Su principal objetivo era reducir los costes y la deuda tras el fracaso de las negociaciones salariales con sus pilotos.
En ese momento, la empresa informó que la medida era «el paso siguiente en el plan de transformación del negocio» y que continuaría operando normalmente. La aerolínea recibió la aprobación correspondiente y pudo continuar sus actividades mientras el proceso se desarrollaba.
Desde entonces, SAS, que tiene su principal base de operaciones en el Aeropuerto de Copenhague-Kastrup (CPH), ha perdido casi el 60% de su valor.
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El crédito de Apollo
En septiembre de 2022, el Tribunal de Quiebras del Distrito Sur de Nueva York aprobó un acuerdo de crédito de financiación DIP por 700 millones de dólares a través de fondos gestionados por Apollo.
Sólo pueden acceder a este tipo de financiamiento las compañías que se hayan acogido a la protección contra la bancarrota en virtud del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras y estén atravesando el proceso.
Ahora, la firma estadounidense podría convertirse en accionista mayoritario de SAS y convertir ese préstamo en capital al final del proceso.
Según fuentes confidenciales citadas por Reuters, el acuerdo pondría a prueba las normativas de la Unión Europea, que impiden que un actor de un país extracomunitario posea más del 50% de una aerolínea. Sin embargo, gran parte del capital de Apollo procede de inversores con sede en Europa, por lo que el fondo espera obtener la aprobación.
Si bien aún no hubo ninguna decisión definitiva al respecto, una de las fuentes dijo que el acuerdo podría concretarse antes de finales de año. Las autoridades europeas participarían, aunque los reguladores nacionales serían los responsables de otorgar la aprobación final.
Cualquier acuerdo necesitaría del apoyo de Dinamarca y Suecia: cada uno de ellos posee cerca del 22% de la compañía. El resto está controlado por accionistas privados.
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