El Grupo Aeroflot, el mayor transportador aéreo de Rusia, está enfrentando un problema creciente que ha sido denunciado por los medios locales: al menos nueve de sus aeronaves deben operar, por el momento, sin frenos totalmente funcionales debido a las sanciones occidentales que dificultan o impiden la importación de ciertas piezas por medios legales.
El Departamento de Operaciones de Vuelo de la compañía informó en un boletín interno que los cinco Boeing 777, los dos Airbus A321, un A320 y un A330 no deben ser utilizados con los frenos activados, ya que existe el riesgo de pérdida de control y salida de la pista. El empuje inverso puede ayudar a detener la aeronave, pero no tiene la misma eficacia que los frenos de disco.
Debido al alto nivel de preocupación de los pilotos, el contenido de este boletín fue filtrado a los medios de comunicación. Según The Moscow Times, las sanciones contra el país impiden que la empresa importe piezas de aeronaves occidentales, y aún así continúa operando con estos aviones.
El gobierno ruso ha estado trabajando en la producción de aeronaves de fabricación nacional, completamente libres de piezas de fabricantes occidentales. Sin embargo, este proceso tomará muchos años para completarse y las aerolíneas locales seguirán dependiendo de soluciones creativas para mantener sus aviones en vuelo.
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Por el momento, es importante que los pasajeros sepan que los pilotos de estas aeronaves rusas tendrán que enfrentarse a nuevos desafíos de vuelo y, en algunas ocasiones, pueden no ser capaces de aterrizar con seguridad en condiciones adversas. Es necesario que la agencia de aviación y el gobierno asuman la responsabilidad de abordar este problema.
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