«Inspecciones inadecuadas»: la NTSB cierra investigación sobre el fallo del motor de un Boeing 777-200 de United

Pablo Díaz (diazpez)

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El 7 de septiembre, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de los Estados Unidos emitió el informe final sobre la investigación del incidente de fallo del motor que involucró a un Boeing 777-200 de United Airlines, que tuvo lugar el 20 de febrero de 2021, poco después del despegue.

El Incidente

El incidente se desarrolló mientras el vuelo 328 ascendía más allá de los 12,500 pies aproximadamente 5 minutos después de partir del Aeropuerto Internacional de Denver (DEN). El motor derecho, un Pratt & Whitney PW4077, experimentó una separación total de los álabes, un fenómeno conocido como «fan blade out» (FBO).

El fallo culminó en el posterior desprendimiento de varios componentes del motor y un brote de fuego dentro del motor. La tripulación declaró una emergencia, logrando aterrizar el avión de forma segura en el aeropuerto de salida aproximadamente 24 minutos después del despegue. Notablemente, no se reportaron heridos entre los pasajeros o miembros de la tripulación, y no se reportaron lesiones en tierra, aunque restos del motor dañaron un vehículo y una residencia.

Resultados de la Investigación

Según la NTSB, la causa probable del incidente fue efectivamente la fatiga material de un álabe del motor derecho. Los factores contribuyentes incluyeron una inspección inadecuada de los álabes, que no identificó signos tempranos de fisuras, e intervalos de inspección insuficientes por parte del fabricante, lo que permitió que las fisuras de bajo nivel se propagaran sin ser detectadas hasta resultar finalmente en un fallo por fatiga.

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Además, la gravedad del daño del motor y el fuego subsiguiente fueron escalados por dos fallos críticos. En primer lugar, el diseño y las pruebas de la entrada del motor no aseguraron una disipación de energía adecuada, facilitando un daño más extenso durante un evento de «fan blade out» en vuelo.

Además, la fractura del álabe llevó al fallo de la brida «K», permitiendo que los gases de ignición caliente infiltraran la nacelle. Esto causó daños a componentes esenciales y permitió que el fuego se extendiera a áreas donde no podía ser contenido, como los inversores. La incapacidad para abordar estas vulnerabilidades permitió que el fuego escalara, aumentando la gravedad de la situación.

Acciones Subsecuentes

En respuesta al incidente, la Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó inspecciones inmediatas de los aviones 777 equipados con motores Pratt & Whitney 4000 antes de más vuelos, dejando los aviones en tierra por más de un año.

Tras una extensa colaboración con la NTSB, la FAA y Pratt & Whitney, United Airlines expresó satisfacción al reintegrar estos aviones a su flota. Boeing ha señalado desarrollos en modificaciones de diseño para mejorar la integridad estructural de la entrada del motor y la cubierta.

A partir de enero, se han encontrado 17 álabes agrietados confirmados desde la primera identificación en diciembre de 2004. United es el único operador estadounidense de 777 alimentados por el motor PW4000, contando con 52 de estos aviones a partir de 2022.

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