La Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación de Perú publicó el informe final del accidente del vuelo 2213 de LATAM. En éste, se concluyó que la causa del suceso fue la falta de un planeamiento conjunto, una coordinación deficiente, y el no empleo de comunicación y fraseología normalizada.
Repasando rápidamente el suceso, el día viernes 18 de noviembre de 2022, un Airbus A320neo que operaba el vuelo 2213 de LATAM Perú y un vehículo del servicio de salvamento y extinción de incendios (SSEI) colisionaron en el Aeropuerto Jorge Chávez de Lima. Luego de una carrera de despegue de alrededor de 1.200 mts. y a aproximadamente 243 km/h, el avión, matrícula CC-BHB, impactó su motor derecho contra el vehículo de rescate R3. El impacto terminó instantáneamente con la vida de dos bomberos. El tercer tripulante del camión hidrante fallecería a causa de sus heridas en junio de este año. No hubo víctimas fatales entre las personas a bordo de la aeronave.
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En el informe final, la CIAA determinó que la causa probable de la colisión fue que el vehículo de rescate incursionó en la pista activa sin contar con la autorización expresa de la torre de control, durante un ejercicio de entrenamiento. La génesis de la cadena de eventos se originó por la falta de planeamiento, una coordinación deficiente, y el no empleo de comunicación y fraseología normalizada.
El informe -al que se puede acceder desde este enlace- señala que «no se evidencia que se haya llevado a cabo una planificación detallada y conjunta entre la gerencia de seguridad y el coordinador general de la torre para la ejecución del ejercicio. Esta ausencia de coordinación impidió la identificación y divulgación de los riesgos latentes. En agosto de 2022 -tres meses antes- se había realizado un primer ejercicio en los que se logró una planificación conjunta satisfactoria«.
Como causas concurrentes, el reporte sostiene que no se realizó la instrucción adecuada al personal del SSEI y a los controladores. También, que la incorrecta aplicación de los principios de la comunicación aeronáutica generó una interpretación equivocada de los controladores sobre la ejecución del ejercicio.
Además, fue equivocada la interpretación que tuvo el SSEI -producto de la falta de uso de fraseología estándar- al pensar que la confirmación de la torre para el inicio del ejercicio también implicaba la autorización de ingreso a la pista. Como contribuyente a este punto, se resaltó que los controladores conocieron del ejercicio apenas minutos antes de su ejecución. Esta situación no les permitió analizar los riesgos y priorizar de manera adecuada la gestión del tránsito aéreo.