En un movimiento audaz para reforzar sus capacidades de defensa, Corea del Sur anunció el 26 de diciembre el lanzamiento de un proyecto para el desarrollo de un motor de caza. Esta iniciativa forma parte de un plan más amplio para adquirir tecnologías de defensa autóctonas esenciales.
A principios de este año, la nación identificó los motores de aviones avanzados como una de las 30 tecnologías de defensa estratégicas que planea desarrollar. Esta iniciativa se enmarca en un plan básico de 15 años para la ciencia y la tecnología de defensa, destacando el compromiso del país con el aumento de su independencia tecnológica en defensa.
La Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa (DAPA) detalló los objetivos del proyecto: completar el desarrollo de un motor turbofán de 15.000 libras de empuje. Este motor está destinado a alimentar un futuro caza autóctono para mediados o finales de la década de 2030. Actualmente, solo unos pocos países como Estados Unidos y Gran Bretaña tienen la capacidad de desarrollar motores de aviones tan sofisticados.
DAPA enfatizó la necesidad estratégica de este desarrollo: «Se espera que los campos de batalla futuros se expandan a los dominios aéreo y espacial. La dependencia de fabricantes extranjeros para motores y partes centrales de aeronaves tripuladas y no tripuladas podría obstaculizar mejoras independientes en la capacidad.»
El Caza KF-21: Un Peldaño hacia el Progreso
Paralelo a este proyecto de desarrollo de motor, Corea del Sur avanza con su programa de caza KF-21. El KF-21, impulsado por el motor F414 de GE Aerospace, está programado para entrar en producción el próximo año. Las entregas a la Fuerza Aérea de Corea del Sur están previstas para comenzar en 2026, marcando un paso importante en los avances aeroespaciales de la nación.
No se descarta que en un futuro de mediano plazo el Boramae ya incluya un motor autóctono que reemplace al F-414, limitando la dependencia de un proveedor extranjero e incrementando la huella industrial coreana.
