Un juez federal falló en contra de la propuesta de adquisición de 3.800 millones de dólares de JetBlue Airways Corporation sobre Spirit Airlines, alineándose con el argumento del Departamento de Justicia de EE.UU. de que la fusión sería anticompetitiva. Este veredicto representa un revés significativo para JetBlue, la sexta aerolínea más grande de la nación, y su próxima CEO Joanna Geraghty.
La decisión del tribunal subraya el creciente escrutinio de las fusiones de aerolíneas en una industria ya dominada por unos pocos grandes jugadores. Este rechazo marca el segundo gran revés regulatorio de JetBlue, siguiendo una directiva para disolver su asociación con American Airlines.
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El fallo presenta a JetBlue con el desafío de buscar estrategias de expansión alternativas, especialmente al buscar fortalecer su presencia más allá de la Costa Este y competir con aerolíneas más grandes que ofrecen más opciones de asientos premium.
Complicando el panorama para Spirit Airlines, la decisión del tribunal revive preguntas sobre sus futuras direcciones estratégicas. Antes de la oferta de JetBlue, Spirit había mostrado preferencia por fusionarse con otra aerolínea de bajo presupuesto, Frontier Airlines. Sin embargo, la viabilidad de tal fusión sigue siendo incierta en el actual entorno regulatorio.
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El gran riesgo de consolidar un oligopolio
En su fallo, el juez enfatizó la protección de los intereses de los consumidores contra posibles resultados anticompetitivos. «No hay ‘malos’ en este caso», decía el fallo. «Las dos corporaciones están — como se espera que hagan — buscando maximizar el valor para los accionistas. El Departamento de Justicia está — como lo exige la ley — hablando por los consumidores que de otro modo no tendrían voz.»
El tribunal invocó la Ley Clayton, que tiene como objetivo prevenir fusiones que podrían «disminuir sustancialmente la competencia o tender a crear un monopolio». El tribunal encontró que permitir que JetBlue adquiera Spirit eliminaría a uno de los pocos competidores principales de la industria aérea, consolidaría un oligopolio, y potencialmente impulsaría a JetBlue a abandonar su papel como una aerolínea de bajo costo innovadora.
El fallo indicó, «Esto consolidaría aún más un oligopolio al duplicar de inmediato el tamaño de JetBlue en la industria» y que «la fusión propuesta tal como está disminuiría sustancialmente la competencia en violación de la Ley Clayton».
«Las aerolíneas demandadas actualmente compiten cabeza a cabeza en todo el país, y esa competencia, particularmente la presión a la baja de los precios de Spirit, beneficia a todos los consumidores», dijo el fallo.
El análisis detallado del tribunal señaló los riesgos potenciales de la fusión, como perjudicar a los consumidores que dependen del modelo de bajos precios de Spirit y reducir la competencia en la industria aérea. El fallo enfatizó el desafío de replicar la posición única de Spirit en el mercado y planteó preocupaciones sobre JetBlue potencialmente alejándose de sus raíces como aerolínea de bajo costo.