En una entrevista con Reuters, Oleksandr Syrskyi, comandante de las Fuerzas Terrestres de Ucrania, expresó la necesidad urgente de más aviones de ataque, mencionando específicamente al Fairchild Republic A-10 Thunderbolt II como una adición deseada a su arsenal. Contrariamente a las expectativas, el F-16 no fue incluido en esta lista de deseos.
La declaración de Syrskyi subraya la necesidad estratégica de aviones capaces de proporcionar un apoyo decisivo en tierra, destacando el papel de los A-10 en el ataque a amenazas terrestres como tanques y artillería. Además, helicópteros de ataque como el AH-64 Apache y el AH-1 Super Cobra, junto con el UH-60 Black Hawk, están en el radar de Ucrania para mejorar sus capacidades de combate.
El A-10 Thunderbolt, un avión de ataque subsónico estadounidense, ha sido elogiado por su fiabilidad y eficacia en diversos conflictos. Diseñado para maniobras a baja altitud y para cumplir un efectivo rol de CAS (Apoyo Aéreo Cercano), está equipado con un cañón GAU-8 Avenger capaz de disparar munición perforante de uranio empobrecido y múltiples sistemas de armas, convirtiéndolo en una fuerza formidable contra objetivos terrestres.
Este avión complementaría al Sukhoi Su-25 Frogfoot de Ucrania, un competidor de la época de la Guerra Fría que la Unión Soviética desarrolló en la década de 1970 para sus propias misiones CAS.
Los Desafíos Militares Actuales de Ucrania
En medio de intensas batallas y frentes cambiantes, Syrskyi subraya la necesidad de más aviones militares como el A-10 para apoyo de infantería y aquellos capaces de lanzar misiles de crucero de largo alcance. Estos activos podrían proporcionar un impulso significativo a las fuerzas ucranianas en el conflicto en curso.
Syrskyi, en su evaluación estratégica, indica potencial para futuros avances a pesar del actual punto muerto. Enfatiza la importancia de explotar puntos débiles en las defensas rusas y adaptarse a las dinámicas en evolución de la guerra.