Un Boeing 737 MAX -8 de Southwest Airlines estuvo a punto de chocar contra el mar al realizar un procedimiento de aproximación frustrada (conocido como go-around) debido a una combinación de condiciones climáticas adversas y errores de manejo de la situación en la cabina.
El incidente ocurrió cerca de Hawaii, y según reportes de Bloomberg, el avión descendió a un ritmo «anormalmente elevado» de más de 4,000 pies por minuto antes de que la tripulación recuperara el control y evitara el desastre.
Detalles del Incidente
El vuelo 2786 se encontraba en aproximación al aeropuerto de Lihue, en la isla de Kauai, cuando descendió desde aproximadamente 1,000 pies hasta 400 pies en cuestión de segundos. El descenso del avión superó los 4,000 pies por minuto, en contraste con la tasa de descenso normal para esta maniobra, que es de 1,500 a 2,000 pies por minuto.
Durante el go-around, el copiloto empujó inadvertidamente la columna de control hacia adelante mientras seguía el movimiento de la palanca de empuje comandado por el autothrottle. Esto resultó en una pérdida repentina de altura, y a pesar de recibir las advertencias sonoras del GPWS (Ground Proximity Warning System), el copiloto no tomó acción debido a la sobrecarga de tareas.
El capitán ordenó al copiloto aumentar la potencia, resultando en un ascenso agresivo que superó los 8.500 pies por minuto y provocó un overspeed sobre los flaps, que se habían desplegado automáticamente, y una altitud de aproximación frustrada excedida por casi 700 pies.
Segundo Intento y Decisión Final
Tras regresar al aeropuerto de origen, el capitán decidió intentar una segunda aproximación a LIH, aunque el copiloto expresó posteriormente su deseo de no haberlo hecho. Durante el segundo intento, el clima empeoró, y la tripulación decidió regresar al aeropuerto de origen sin intentar otra aproximación a LIH. La tripulación regresó a su base al día siguiente.
El incidente ocurrió en abril, y un memorando distribuido por Southwest a sus pilotos confirmó que la aeronave descendió a una tasa anormalmente alta antes de que la tripulación evitara el desastre. No hubo heridos en el vuelo, que regresó de manera segura a su aeropuerto de origen en Honolulu.
La Administración Federal de Aviación de EE. UU. (FAA) está investigando el incidente. La gerencia de Southwest enfrenta una presión creciente por parte de sus accionistas debido al rendimiento financiero y la cultura corporativa de la compañía.
Comparaciones con Incidentes Previos
Este incidente presenta similitudes con otro ocurrido en diciembre de 2022, cuando un Boeing 777 de United Airlines, el vuelo 1722, experimentó un descenso similar cerca de Hawaii, descendiendo de 2.100 pies a aproximadamente 748 pies sobre el agua antes de que la tripulación lograra estabilizar la aeronave.
Southwest concluyó en su revisión del incidente que la supervisión adecuada de los pilotos y una mejor comunicación entre los miembros de la tripulación son cruciales. La aerolínea se compromete a revisar los datos de la industria y sus propios procedimientos y protocolos de entrenamiento.
«Nada es más importante para Southwest que la seguridad,» dijo la aerolínea en un comunicado sobre el vuelo en Hawaii. «A través de nuestro robusto Sistema de Gestión de Seguridad, abordamos el evento adecuadamente mientras siempre nos esforzamos por una mejora continua.»