Nuevos datos de la investigación sobre un incidente ocurrido en agosto de 2023, durante un vuelo de Delta desde Milán hacia Atlanta que enfrentó una turbulencia severa unos 40 minutos antes de aterrizar, muestran que los pasajeros heridos no llevaban puestos los cinturones de seguridad, lo que resultó en múltiples lesiones.
De acuerdo con el National Transportation Safety Board (NTSB), los once pasajeros que resultaron heridos durante el incidente no tenían los cinturones de seguridad abrochados, a pesar de que las señales para usarlos estaban activadas.
El vuelo DL-175, operado por un Airbus A350-900, había despegado con más de tres horas de retraso desde Milán y cruzó el Atlántico sin inconvenientes. Sin embargo, al aproximarse a Atlanta, la aeronave enfrentó una turbulencia que provocó que algunos pasajeros fueran lanzados de sus asientos, causando fracturas en la columna y otras lesiones, según detalla nuestro medio asociado, AEROIN.
Entre los heridos, dos pasajeros sufrieron fracturas graves en la columna vertebral, mientras que otras víctimas fueron tratadas por esguinces en el cuello.
Los dos tripulantes de cabina que resultaron gravemente heridos fueron diagnosticados con fracturas por compresión en la columna y costillas rotas. Ninguno de ellos estaba sentado en el momento del incidente, ya que se encontraban preparando la cabina para la llegada.
Otras lesiones entre la tripulación incluyeron esguinces en el cuello y el tobillo, dolores en las rodillas y una conmoción cerebral.
El comandante del vuelo informó que había notado áreas de lluvia en la ruta de aproximación que podían causar problemas y solicitó desviarse del trayecto, pero el control de tráfico aéreo en Atlanta negó la solicitud.
Aunque el radar y los sistemas utilizados por los pilotos no indicaban mal tiempo en la ruta asignada, la turbulencia tomó por sorpresa a todos. La turbulencia duró solo 12 segundos, de los cuales apenas 2 segundos fueron clasificados como severos, pero fueron suficientes para causar múltiples lesiones.
Tras el incidente, los pilotos declararon una emergencia médica, y el avión fue recibido por equipos de rescate en la puerta de desembarque en Atlanta, donde once personas tuvieron que ser hospitalizadas.
Investigaciones del NTSB indican que las lesiones relacionadas con la turbulencia son más probables durante la fase de descenso del vuelo.
Datos de accidentes entre 2009 y 2018 mostraron que el 36% de las lesiones relacionadas con turbulencias ocurren durante esta fase y que el 65% de estos accidentes suceden cuando la aeronave está por debajo de los 20.000 pies. En el caso del vuelo DL-175, la aeronave se encontraba a 14.000 pies cuando fue impactada por la turbulencia severa.
El cinturón, SIEMPRE puesto
Este incidente es un nuevo recordatorio a los pasajeros respecto a dos cuestiones: primero, siempre seguir las instrucciones de los tripulantes de cabina; y segundo, por más que se apaguen las luces indicadoras del cinturón de seguridad, siempre hay que dejárselo puesto porque nunca se está totalmente libre de riesgo de un evento de turbulencia, más aún en vuelos de largo recorrido en los que uno puede quedarse dormido y no llegar a escuchar nuevas advertencias de la tripulación.
En este vuelo no hubo que lamentar víctimas fatales, pero son muchos los casos en los que hubo pasajeros que no corrieron con esa suerte.
La industria aerocomercial viene trabajando hace bastante en la prevención de incidentes provocados por turbulencia. Si bien la tecnología ha avanzado mucho en las últimas décadas, la amenaza sigue latente. En 2018 IATA lanzó la plataforma Turbulence Aware, la cual permite que las aerolíneas puedan compartir entre sí información en tiempo real sobre turbulencia en ruta, ayudándolas de esta manera a evitar ese fenómeno a la hora de planear los vuelos.
Según IATA, los desafíos de la gestión de la turbulencia irá creciendo a medida que el cambio climático continúe impactando en los patrones meteorológicos.
Durante el IATA Media Day que tuvo lugar el martes pasado en Ginebra, la organización informó que el programa ha sumado recientemente otras seis aerolíneas, entre ellas Asiana Airlines, British Airways, Scoot y Singapore Airlines. En la actualidad ya hay más de 25 compañías aéreas participando, las cuales tienen una flota combinada de 2.500 aviones, habiendo brindado en 2023 alrededor de 38 millones de reportes de turbulencias.