En las primeras horas del 29 de marzo, se informó de que un ciberataque coordinado tuvo como objetivo la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia, RusAvia, el sábado 26 de marzo, borrando información y estructuras críticas y afectando gravemente a la capacidad de restauración de datos.
Los primeros informes, aún no confirmados, indican que se borraron unos 65 terabytes de datos, incluyendo la matrícula de los aviones, documentos y correos electrónicos.
La Federación Rusa ha admitido que sufrió «intermitencias» en el acceso a Internet y un mal funcionamiento masivo de los sistemas de flujo electrónico. Según Aviation24.be, el canal de mensajería urgente sigue funcionando y el correo postal alternativo está disponible para las tareas administrativas.
Aviation Herald reveló que no existe ninguna copia de seguridad de esos 65 terabytes de datos perdidos, aunque esta afirmación no ha podido ser confirmada.
Tampoco se ha confirmado la afirmación de que el grupo de hackers informáticos Anonymous esté detrás del ataque, ya que hasta ahora no han reivindicado su responsabilidad.
La Agencia Federal de Transporte Aéreo rusa tomó decisiones antipáticas en los últimos días: la confiscación de aviones propiedad de lessors occidentales, por ejemplo.
La magnitud del ciberataque, de confirmarse, supondría una nueva fase del conflicto ruso-ucraniano, y un importante revés para las compañías aéreas rusas.
Esta es una historia en desarrollo.