Las negociaciones con Lockheed Martin sobre el desarrollo del futuro caza japonés de próxima generación, el programa F-X, parecen haber llegado a un punto muerto, por lo que Tokio decidió cambiar de socio.
Según Sankei News, el Ministerio de Defensa japonés está cambiando de política respecto al desarrollo del futuro sustituto del Mitsubishi F-2, y plantea direccionarlo hacia un proyecto conjunto de investigación y desarrollo entre Japón y el Reino Unido; centrado en BAE Systems, por la parte británica; y Mitsubishi Heavy Industries (MHI), del lado japonés.
Según habrían revelado varios oficiales del Gobierno, a finales de año se alcanzará un acuerdo formal sobre el codesarrollo del F-X.
Mitsubishi Heavy Industries y BAE Systems se encargarían del diseño de la aeronave y la integración de sistemas, mientras que IHI (una importante empresa japonesa de construcción naval y de equipos pesados) y Rolls-Royce trabajarán conjuntamente en el motor de nueva generación, tal como fue pactado.
Las autoridades de defensa británicas y japonesas acordaron en diciembre del año pasado investigar conjuntamente el desarrollo del motor para el futuro avión de combate, y estaban explorando la posibilidad de desarrollar conjuntamente las principales piezas.
Las “cajas negras” no se abren
Se pretendía que el desarrollo del próximo avión de combate fuera dirigido por Mitsubishi Heavy Industries, con el apoyo de Lockheed Martin (LM) como socio principal, para ayudar con sus conocimientos en diseño y construcción de aviones stealth.
Sin embargo, la coordinación con LM resultó difícil y, tras conseguir la comprensión del Gobierno estadounidense, se decidió cambiar el eje de la asociación principal hacia el Reino Unido. Sin embargo, desde el punto de vista de la interoperabilidad, MHI seguirá colaborando con los Estados Unidos en particular para el desarrollando conjunto de vehículos aéreos no tripulados.
Todo parece indicar que el escollo más grande que encontraron los japoneses fue la renuencia de Lockheed Martin a compartir ciertos conocimientos claves que hacen al corazón de su tecnología stealth, que es para lo que se buscó su asistencia técnica en primer lugar.
Un programa de desarrollo conjunto lleva a otro
La relación en torno al F-X, entre Japón y el Reino Unido, se viene forjando desde hace algún tiempo.
Se podría decir que nace con el programa Joint New Air-to-Air Missile (JNAAM), que busca desarrollar un misil aire-aire que integre el motor ramjet del Meteor con el avanzado buscador por radar activo AESA desarrollado por Mitsubishi Electric Corporation para el misil nacional japonés de medio alcance, el AAM4.
Luego se pasó al acuerdo con Rolls Royce para el desarrollo conjunto de los motores de sexta generación que equiparán a los futuros Mitsubishi F-3 y al Tempest.
Luego vino el proyecto JAGUAR, que busca desarrollar un nuevo tipo de tecnología universal de sensores de radiofrecuencia, la cual permitiría una mejor detección de las amenazas futuras, originadas desde el aire, la tierra o el mar, su rápida y precisa localización, a la vez que atacará los sistemas de vigilancia enemigos. Esta tecnología también debería equipar a los Tempest y F-X.
Luego de tanta cooperación, la decisión del Ministerio de Defensa japonés de reemplazar a Lockheed Martin por BAE Systems como socio principal, parece casi natural. Aunque la compañía norteamericana continuará teniendo alguna participación, de menor relevancia, en el programa.
¿Caza japonés o multinacional?
En las etapas anteriores del proyecto, Mitsubishi Heavy Industries era el contratista principal y líder del proyecto, siendo que Lockheed Martin simplemente debía brindar su expertise técnica.
Sin embargo ahora, si el acuerdo deviene en un proyecto de investigación y desarrollo conjunto entre Japón y el Reino Unido, cabe la posibilidad de que Tokio deba compartir los mandos del programa con Londres, lo que podría conducir a una fusión de los programas Tempest y F-X en toda regla.
Si ambos modelos comparten motores, sensores, armamento y elementos de diseño y de fabricaciones comunes, las diferencias entre el Tempest y el F-X se podrían ir diluyendo hasta desaparecer. En lo esencial, podrían ser el mismo avión.
Vea también: Italia muestra interés en participar del programa F-X japonés. ¿Y el Tempest?
¿Y qué pasa con los otros socios del programa Tempest, Italia y Suecia, ante una eventual fusión? A mediados del mes pasado informábamos del interés del Ministro de Defensa italiano ante la posibilidad de que su país se sume al programa F-X. Dichas declaraciones no deben haber sido ni casuales ni inocentes, y pueden estar indicando que lo que realmente se está buscando, es que Japón se sume como el cuarto socio al Team Tempest.
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