En el marco del Salón Internacional Aeroespacial de Berlín que se desarrolla desde ayer y hasta el 26 de junio, el fabricante aeroespacial europeo Airbus y Linde, compañía líder en gases industriales e ingeniería, firmaron un memorando de entendimiento con el objeto de «trabajar en el desarrollo de infraestructuras de hidrógeno en aeropuertos de todo el mundo», según informaron hoy.
La iniciativa complementa al acuerdo de cooperación firmado en Singapur en febrero de este año. Ambas compañías colaborarán con las cadenas globales de suministro de hidrógeno para la aviación, desde su fase de producción hasta el almacenamiento en cada uno de los aeropuertos.
De acuerdo con lo informado, definirán y lanzarán proyectos piloto en varias estaciones aéreas a partir de principios de 2023. Por otro lado, analizarán el potencial de los combustibles Power-to-Liquid, un tipo de combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) fabricado a partir de hidrocarburo líquido y producido sintéticamente mediante la conversión de electricidad renovable.
En 2020, Airbus lanzó el programa «Hydrogen Hub at Airports» para impulsar la investigación sobre los requisitos de las infraestructuras y las operaciones aeroportuarias con bajas emisiones de carbono. Hasta la fecha, ha concretado acuerdos con socios y aeropuertos de Francia, Italia, Corea del Sur, Japón y Singapur.
«Estamos encantados de ampliar nuestra exitosa colaboración con Airbus a un ámbito global», aseguró Philippe Peccard, vicepresidente de Energía Limpia de Linde. «A través del aprovechamiento de las competencias de ambas empresas, estamos bien posicionados para colaborar con los aeropuertos y las autoridades gubernamentales en el desarrollo de conceptos viables para centros aeroportuarios sostenibles basados en el hidrógeno», agregó.
El hidrógeno, al igual que otros tipos de combustibles de aviación sostenibles, es una de las alternativas más viables en el corto plazo para lograr una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria aérea. Su implementación contribuiría, además, al proceso de descarbonización de los vehículos terrestres que apoyan las operaciones.
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