Las acciones de la compañía de logística y transporte de carga FedEx, una de las mayores del sector a nivel global, se desplomaron el último viernes luego de que la empresa anunciara el resultado de una revisión de sus números correspondientes al primer trimestre de este año.
FedEx retiró sus previsiones financieras anuales, que había presentado en junio, e hizo sonar las alarmas por el debilitamiento de la demanda de los consumidores. «Los resultados del primer trimestre se vieron afectados negativamente por la debilidad del volumen global, que se aceleró en las últimas semanas del trimestre», aseguró la compañía.
De acuerdo con el reporte, los resultados se vieron especialmente influenciados por la debilidad macroeconómica en Asia y los problemas del servicio en Europa. La situación provocó un déficit de ingresos en este segmento de aproximadamente 500 millones de dólares en comparación con las previsiones iniciales.
En ese contexto, la compañía tomó la decisión de dejar aeronaves en tierra, recortar horas de trabajo de parte de su plantilla de empleados y cerrar más de noventa oficinas.
La empresa estadounidense ve un entorno similar a otras compañías logísticas y de transporte de carga, que señalan una tendencia de los consumidores al ahorro para poder luego adquirir productos esenciales, como gasolina y alimentos, ya que la inflación generalizada desalienta las compras en línea de bienes no esenciales.
Sus perspectivas contrastan, por ejemplo, con las de su rival United Parcel Service (UPS), cuya dirección reafirmó a principios de este mes sus objetivos financieros para todo el año, a pesar de los nuevos cierres en China por brotes de COVID-19 y la actual situación energética en Europa.
Luego de retirar su previsión de beneficios, FedEx perdió 11.000 millones de dólares en valor de mercado y culminó así con dos años de ganancias en la bolsa. Sus acciones se desplomaron un 21.4%, la peor caída porcentual en un día en toda su historia. «Las condiciones podrían deteriorarse aún más en el período actual», aseguró su dirección.
La empresa rebajó de 6.800 a 6.300 millones de dólares el volumen de inversiones previsto para el período, aunque mantiene su plan de recompra de acciones de 1.500 millones. Espera espera facturar entre 23.500 y 24.000 millones de dólares en el segundo trimestre fiscal.
En general, las acciones de distintos actores del mercado de transporte de mercadería permanecen vulnerables luego del anuncio. Los analistas sostienen que, sin dudas, la demanda mundial se está moderando luego de experimentar meses de auge. No obstante, muchas de las dificultades que enfrenta FedEx podrían estar más relacionadas a características propias de la actividad de la empresa, que la volverían particularmente vulnerable a una desaceleración de la demanda.
La unidad Express, encargada de las entregas rápidas y durante horas de la noche, arrojó márgenes operativos por debajo del 7% en los últimos cinco años y una media del 5.7% desde 2008. La entrega de mercadería en plazos cortos requiere de mucho capital: entre otros factores, insume elevados costes para la compra o arrendamiento de las aeronaves, su operación y su mantenimiento.
Por ese motivo, gran parte del negocio de la compañía ha dependido del continuado crecimiento de la demanda del transporte de carga a nivel global, una actividad que tuvo un verdadero boom en los últimos meses. Especialmente a partir del inicio de la pandemia, la demanda de insumos y mercadería creció exponencialmente. En esa coyuntura, la aviación apareció como una alternativa de valor, especialmente gracias a su rapidez.
Sin embargo, es probable que actualmente esté alcanzando su techo. La demanda podría, inclusive, comenzar a descender a medida que más empresas intenten acortar sus cadenas de suministro para evitar los problemas actuales y optimizar su operación.
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