Alaska Airlines operó el primer vuelo comercial con biocombustible derivado de madera

Edgardo Gimenez Mazó

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Alaska Airlines celebró esta semana un importante hito en la aviación al realizar el primer vuelo comercial de la historia utilizando un biocombustible generado con residuos forestales de su región, el Pacífico Noroeste de los Estados Unidos, en la cual la industria maderera juega un papel muy importante, dejando toneladas de materiales sin procesar como pedazos de ramas y raíces.

El vuelo, realizado con un Boeing 737-800, operó el 14 de noviembre entre Seattle-Tacoma International Airport y el aeropuerto Reagan de Washington D.C., utilizando una mezcla compuesta en un 20% por este nuevo biocombustible, el cual fue producido por una alianza de varias instituciones de la región liderada por la Universidad Estatal de Washington, llamada NARA (Northwest Advanced Renewables Alliance), que también reúne a empresas relacionadas con la aviación, al gobierno y otras instituciones educativas, y tiene como objetivo demostrar la viabilidad de producir combustibles alternativos realizados en base a residuos forestales.

De acuerdo a la información suministrada por Alaska Airlines, una de las empresas miembro de NARA, Gevo, Inc, pudo adaptar una patente propia para convertir azúcares celulósicos derivados de residuos de madera a isobutanol, el cual luego se transforma en combustible Alcohol-to-Jet. Se cree que este es el primer combustible alternativo del mundo en ser producido en base a la madera. El mismo reúne los estándares de ASTM (organizacion de normas internacionales), lo cual le permite ser usado de manera segura en vuelos comerciales.

Foto: Prensa Alaska Airlines
Foto: Prensa Alaska Airlines

Según lo que informan en el comunicado, las prácticas forestales tradicionales dejan en la superficie algunos materiales para que sirvan de nutrientes al suelo, pero el exceso de biomasa es normalmente acumulado y quemado; es con este exceso precisamente que se produjo el biocombustible utilizado por Alaska Airlines. Esta tecnología es alentadora por cuanto, a diferencia de otros biocombustibles, no compite con la producción alimenticia, y además evita la quema de los residuos forestales, la cual también contribuye a la contaminación del aire.

Los combustibles jet alternativos reducen las emisiones entre un 50 y 80 por ciento considerando la producción, transporte y uso del mismo, aunque la cifra varía dependiendo del origen. Este vuelo específico de Alaska Airlines emitió un 70 por ciento menos de dióxido de carbono a la atmósfera que un vuelo que utiliza combustibles tradicionales derivados del petróleo.

Si la compañía pudiese llegar a reemplazar el 20% de todo su combustible con biocombustibles en el aeropuerto de Seattle-Tacoma (su base), reduciría las emisiones de gases en unas 142.000 toneladas de CO2, lo cual equivaldría a retirar de las calles durante un año a 30 mil automóviles.

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