La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) realizó este viernes (23/09) el primer vuelo de transferencia de una Aeronave Pilotada Remotamente (APR), el RQ-900 Hermes, de Santa María (RS) a Campo Grande (MS).
La distancia entre los aeródromos de despegue y aterrizaje es de aproximadamente mil kilómetros. Hasta entonces, las misiones no tripuladas llevadas a cabo por el Ejército del Aire, aunque tenían un gran alcance gracias al control por satélite, se limitaban a despegar y aterrizar en el mismo aeródromo.
La operación, llevada a cabo por el Primer Escuadrón del Duodécimo Grupo de Aviación (1/12º GAV – Escuadrón Horus) y bajo los auspicios del Mando de Operaciones Aeroespaciales (COMAE), fue muy compleja. Esto se debe a las peculiaridades del sistema no tripulado, la susceptibilidad a la meteorología y la necesidad de una coordinación múltiple entre los organismos de control del espacio aéreo y los miembros de la tripulación, que se turnaron en la misión con base en Santa María (RS), Brasilia (DF) y Campo Grande (MS).
De acuerdo con lo reportado por nuestro medio asociado Aeroin, el histórico vuelo despegó de la Base Aérea de Santa María (BASM), en Rio Grande do Sul (RS), a las 3:05 horas. Un equipo de mantenedores preparó la aeronave y la tripulación llevó a cabo el control con enlace de línea de visión, es decir, utilizaron una antena de tierra apuntando directamente a la aeronave, lo que permitió el control remoto durante todas las fases de la operación.
En la segunda etapa, una tripulación tomó el control del RQ-900 desde Brasilia (DF), esta vez por enlace satelital, realizando el pilotaje a distancia hasta el aeródromo de Campo Grande (MS), situado a más de mil kilómetros de Santa María (RS).
En la última fase de la operación, antes del inicio de los procedimientos de descenso para el aterrizaje en Campo Grande (MS), una tripulación local tomó el mando de la aeronave, en línea de visión, realizando un aterrizaje suave y seguro en Campo Grande, la Cidade Morena.
El Comandante del COMAE, Teniente Aéreo Heraldo Luiz Rodrigues, destacó que el vuelo representó la consolidación de la operación militar de Aeronaves Pilotadas Remotamente en Brasil, iniciada hace poco más de una década, por el Escuadrón Horus. «La transferencia permitió reducir los costes y ampliar la capacidad de respuesta rápida del RQ-900 en la tarea de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (IVR)», añadió el Oficial General.
El Comandante del Escuadrón Horus, Teniente Coronel Aviador Ricardo Starling Cardoso, destacó, con gran orgullo, la hazaña sin precedentes realizada. «Este vuelo pasó a la historia como un avance en la operatividad de la FAB en lo que respecta al uso de sistemas no tripulados. Demostró la capacidad de movilizar y reposicionar la aeronave para operar desde una nueva base de despliegue y en un corto período de tiempo», concluyó.