Finalmente, como lo había advertido hace algunas semanas, United Airlines confirmó este viernes (30) que dejará de operar en el aeropuerto JFK de Nueva York el 29 de octubre, como consecuencia de sus infructuosos esfuerzos de conseguir más slots que le permitan ser competitivos en su oferta desde allí.
De esta manera la aerolínea concentrará todos sus vuelos en Newark (EWR), su hub principal en el noreste de los Estados Unidos.
En un memo interno dirigido a sus empleados, United manifestó que ha mantenido un debate constructivo con la Federal Aviation Administration (FAA) sobre su pedido de evaluar la capacidad general de JFK para permitir la incorporación de nuevos slots, y que consideran que el organismo se está manejando seriamente en lo que respecta a las mejoras operacionales en el área de Nueva York y New Jersey, pero reconocen que incorporar capacidad adicional en JFK llevará tiempo.
De todas maneras, United manifestó que seguirán en la búsqueda de una programación más grande y atractiva para sus clientes en JFK y que estarán listos para aprovechar esas oportunidades cuando se presenten.
Actualmente United opera en JFK hacia Los Ángeles y San Francisco con dos vuelos diarios a cada ciudad en aeronaves Boeing 757-200, totalizando una oferta semanal de 9.464 asientos, cifra minúscula en comparación con los 196 mil asientos de American, 388 mil asientos de JetBlue y 392 mil de Delta. Como contrapartida, en Newark la oferta semanal promedio de United roza los 770 mil asientos.
United había resignado sus operaciones en JFK en 2015, hacia donde regresó en marzo de 2021 al ritmo de la recuperación postpandemia y aprovechando los slots dejados por aerolíneas internacionales. Pero con el crecimiento de la demanda, las aerolíneas que se acogieron a la flexibilización de las reglas de uso de slots ahora los necesitan de nuevo, dejando sin opciones a United, a pesar de que posee 40 slots que entregó a Delta bajo leasing a largo plazo que todavía no puede recuperar.
Desde la compañía aseguraron a sus 100 empleados que trabajan en JFK que no perderán sus puestos y que serán reubicados en otras bases cercanas.
