Dos operadores de carga aérea equipados con exoesqueletos Force System, durante las pruebas dentro de un C-17, movieron solos el palé de 1.500 kg, un peso que suelen mover entre cuatro o cinco personas.
Por lo general, el volumen y peso de los equipos que son transportados por los aviones de transporte militar, como el C-17 Globemaster III, requieren de la participación de varios operadores de carga por vuelo, para que empujen y tiren, carguen y descarguen.
No es un trabajo fácil, y estas personas están expuestas, durante sus labores, a una cuota de lesiones, tanto agudas como de larga duración, que a veces les obligan a abandonar la carrera y a veces incluso deben dejar el servicio. La USAF está interesada en averiguar los exoesqueletos pueden ayudar a aliviar esta situación y mitigar riesgos.
El Centro de Innovación Rápida (CRI) del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL) de EE.UU. organizó un evento el 6 de octubre con el Ala de Transporte Aéreo 445 del Mando de la Reserva de la Fuerza Aérea para que un equipo de ROAM Robotics demostrara su sistema Forge, un exoesqueleto accionado neumáticamente que aumenta la fuerza de las piernas para reducir la fatiga, aumentar la resistencia y compensar el peso.
Luego de la presentación del producto, dos operadores de carga, el sargento mayor Sean Storms, y el sargento mayor Brian Anders, se pusieron sendos exoesqueletos Forge System, que consistían en unos soportes para las piernas y una mochila, y movieron un palé que pesaba unas 3.500 libras (unos 1587 kg). Storms y Anders dijeron que para mover algo tan pesado normalmente se necesitarían de cuatro a cinco personas, pero con el sistema de exoesqueleto, los dos hombres movieron el palé por sí solos.
«Definitivamente puedo notar la diferencia; hay mucha menos presión en mis rodillas y puedo sentir la asistencia que este sistema proporciona», dijo Storms.
Tras la demostración, se invitó a los participantes a probar el exoesqueleto con la ayuda del equipo de ROAM Robotics. Algunos se lo pusieron y subieron una serie de escaleras en el hangar mientras cargaban pesos. Otros lo probaron empujando un trineo con peso por el césped del exterior o haciendo sentadillas en el gimnasio del escuadrón. Independientemente de la prueba, los participantes podían oír cómo se activaban los actuadores de la vejiga de aire del exoesqueleto mientras se movían.
John Florio, director adjunto del CRI comentó:
«Si se optimiza para las misiones particulares de los operadores de carga aérea, significará que los equipos podrán cargar objetos más pesados en las aeronaves mucho más rápido, utilizando menos personas, lo que equivale a un ahorro de dinero para el gobierno y los contribuyentes». «Pero el mayor cambio de juego para las Fuerzas Aéreas y Espaciales es la reducción de las lesiones del personal, lo que puede conducir a carreras más largas», agregó.
También se va a estudiar esta tecnología para otros usos, como para facilitar la labor del personal aeromédicos cuando trasladan combatientes heridos en camillas, o para que los armeros puedan transportar y estibar la munición con mayor velocidad y efectividad.