Ayer, 24 de octubre, la aerolínea portuguesa Azores Airlines completó su primer vuelo comercial utilizando combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés).
A través de un comunicado de prensa, el operador con base en Ponta Delgada, en el archipiélago de Azores, destacó además que el hito «es incluso más significativo» ya que, días atrás, el Grupo SATA, propietario de la compañía, se unió a la Alianza de la Aviación para las Emisiones Cero de la Unión Europea, una iniciativa para propiciar y acelerar la descarbonización de la industria hacia 2050.
El vuelo S4 127 despegó desde Lisboa (LIS) a las 20:25 y aterrizó en Ponta Delgada (PDL) a las 21:30, hora local. La operación, impulsada por una mezcla de combustible convencional y combustible sostenible, se realizó con el Airbus A320 con matrícula CS-TKK.
El combustible utilizado durante el vuelo incorporó un 39% de material de origen renovable conocido como HEFA (ésteres hidroprocesados y ácidos grasos). Se trata de un combustible sostenible producido a partir de materias primas lipídicas, como aceites vegetales, grasa animal o aceite de cocina ya utilizado. Puede mezclarse con el carburante convencional de origen fósil para reducir las emisiones totales de dióxido de carbono.
De la preparación y monitorización del vuelo participaron las empresas de energía y producción de combustibles Galp y Neste, socias de Azores Airlines. También trabajó en conjunto con los equipos técnicos de la aerolínea la plataforma de inversiones en aviación comercial Carlyle Aviation Partners, arrendadora de la aeronave que operó el vuelo.
Una de las mejores alternativas en el corto plazo, pero con precios que aún no son competitivos
La operación tuvo lugar en un contexto de escasez de combustible y aumento generalizado de su precio. Las interrupciones de las cadenas de suministro, las consecuencias de la guerra en Ucrania y la recuperación de la industria, que demanda más insumos, han generado tensiones sobre el sistema.
En ese contexto, los combustibles sostenibles podrían resultar más atractivos. No obstante, los niveles de producción y suministro de estos materiales alternativos aún están lejos del nivel que permitiría su depreciación y los convertiría en alternativas viables al combustible fósil.
Sin embargo, muchos actores involucrados están trabajando arduamente en el desarrollo del SAF para la aviación. Con los operadores buscando alternativas para reducir sus emisiones y los organismos reguladores ejerciendo mayor presión en ese sentido, puede esperarse un importante crecimiento de su producción en el corto y mediano plazo.
Se trata, además, de una de las alternativas más viables para lograr una reducción en el impacto ambiental de la aviación en el futuro próximo, gracias a su adaptabilidad a la infraestructura terrestre existente y a los motores aeronáuticos actualmente en servicio.
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