De acuerdo con lo reportado por David Shepardson para la agencia Reuters, los legisladores estadounidenses rechazaron a última hora de ayer aprobar la extensión del plazo que permitiría a Boeing avanzar en el proceso de aprobación de las variantes 737 MAX 7 y MAX 10 luego del 1 de enero de 2023.
A partir del primer día del año próximo entrará en vigor la Aircraft Certification, Safety and Accountability Act (ACSAA), que endurecerá las condiciones necesarias para la obtención del certificado tipo de una nueva aeronave.
La nueva normativa, aprobada en 2020, surgió como respuesta a la controversia generada alrededor de la naturaleza del proceso que anteriormente permitió la aprobación de los 737 MAX 8 y MAX 9, los únicos que operan comercialmente en la actualidad.
Por ese motivo, durante los últimos meses el fabricante ha intentado convencer a los parlamentarios de otorgar una prórroga a esa fecha límite. En caso contrario, Boeing debería rediseñar ambas variantes para cumplir con los nuevos requisitos.
La semana anterior, la senadora Maria Elaine Cantwell presentó un proyecto de ley que facilitaría el camino para que ambas aeronaves puedan entrar en servicio sin los cambios que la Administración Federal de Aviación (FAA) demanda actualmente, aunque con condiciones.
No obstante, aún no es seguro que la propuesta avance. La prórroga despierta voces a favor y en contra, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Hasta ahora, los legisladores no se pronunciaron mayoritariamente en favor de la postura de Boeing.
El no otorgamiento de la exención supondría nuevos problemas para el programa del 737 MAX, que podrían incluso derivar en su cancelación. Sin embargo, Shepardson remarcó que aún hay «una pequeña posibilidad» de que el proyecto pueda ser modificado antes de su aprobación final.
¿Qué será de las variantes 737 MAX 7 y MAX 10?
En el contexto actual, una enmienda del Congreso sería la única alternativa que permitiría a Boeing obtener la certificación de las variantes MAX 7 y MAX 10 con los actuales sistemas de alerta a la tripulación.
De una u otra forma, lo que está en juego en esta decisión es clave para el fabricante. Si obtiene una extensión del plazo podría finalmente lograr la certificación de los 737 MAX restantes. En caso contrario, el fabricante debería rediseñarlos para cumplir con los nuevos requisitos o incluso cancelar ambas variantes. Más allá de los avatares del proceso, y a pesar del futuro aún incierto de dos de sus variantes, Boeing continúa encontrando clientes interesados en los 737 MAX.
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