El gobierno brasileño tomó la decisión de avanzar y profundizar el proceso de privatización de las terminales aéreas dependientes de Infraero iniciado en 2012.
Según informa hoy el diario Globo, los 56 aeropuertos todavía en manos de Infraero se dividirán en seis bloques de acuerdo a su zona geográfica, para luego concesionar al sector privado cada uno de éstos, los cuales contarán siempre con algún aeropuerto importante que sirva de ancla para incluir en el paquete a otros aeropuertos de menor tamaño.
Es así que el concorcio que reciba el bloque en el que se encuentre el aeropuerto Santos Dumont de Río de Janeiro también deberá hacerse con los aeropuertos del interior carioca y de Vitoria, o quien gane la concesión de Congonhas se llevará también el resto de los aeropuertos de los estados de São Paulo y Mato Grosso do Sul. Curitiba iría atada a los aeropuertos más pequeños de la región sur, Recife con los del Nordeste, Manaus con los del norte y Belém con los aeropuertos de Maranhão y Amapá.
La división geográfica seguirá las actuales regiones aéreas en las que se divide Brasil, salvo en el sudeste, para así separar a Santos Dumont y Congonhas en dos bloques diferentes.
Este proceso marcará el fin de Infraero, la histórica administradora estatal de aeropuertos a la cual desde 2012 ya se le han retirado importantes terminales como Guarulhos, Viracopos, Brasilia, Galeão, Fortaleza, Salvador, Natal, Confins, Florianópolis y Porto Alegre, lo cual provocó que pase de tener beneficios anuales de alrededor de 40 millones de dólares en aquel año a pérdidas cercanas a los mil millones de dólares, con un plantel integrado por 10.892 trabajadores, cuyo futuro se verá dividido entre quienes sigan trabajando en las nuevas empresas concesionarias, acepten planes de retiro voluntario o bien sean trasladados a otros organismos.
De acuerdo a fuentes mencionadas por Globo, el proyecto cuenta con el apoyo de los titulares de los ministerios de Transporte, Planeamiento, Casa Civil y Secretaría General de la Presidencia, los cuales tienen injerencia sobre el sector aeronáutico brasileño. Además, permitiría que ingesen a las arcas del estado unos 15 mil millones de dólares.
La intención es tener lista la propuesta de inversión en las próximas semanas para poder presentarla en el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París-Le Bourget, una de las mayores vidrieras de la industria a nivel mundial, que tendrá lugar entre el 19 y el 25 de junio próximos.
Brasil también se parará ante una nueva encrucijada aeronáutica la semana que viene cuando la Cámara de Diputados deba decidir si aprueba el proyecto presentado por el ejecutivo para permitir que el 100% del capital accionario de las aerolíneas brasileñas pueda pertenecer a empresas extranjeras (el límite actual es del 20%).