Su nombre está impreso en mí de la misma manera que, muy probablemente, en la del millón de chaqueños que habitamos este mundo. Al menos en las de aquellos un par de generaciones hacia atrás de la mía y las que me siguieron, quienes lo conocimos ya consagrado en la escena nacional e internacional. No podemos recordar cuál fue el primer cuento que escuchamos o cuándo fue. Don Luis Landriscina, para nosotros, siempre estuvo, y así también siempre estará. Es un miembro lejano y a la vez muy cercano de cada familia chaqueña.
Curiosamente nunca asistí a una de sus presentaciones. Pero sí tuve el honor de compartir un muy cotidiano momento a solas con él. En diciembre del año 2000 ingresé a mi primer trabajo en relación de dependencia, como botones en el hotel Atrium de Resistencia. Una noche, bastante tarde, se estaciona un remis con un pasajero frente al hotel y, ya acostumbrado a la rutina, salgo para darle la bienvenida y ayudarlo con su equipaje.
Inmenso fue mi asombro y emoción cuando me doy cuenta que era Don Luis Landriscina. Tratando a los tumbos de mantener la profesionalidad (yo tenía 18 años), lo dirijo hacia el check-in, luego lo acompaño hacia la habitación y, tras darme la propina (2 pesos de entonces, 36 de hoy, lo recuerdo muy bien), no pude resistir más y le manifesté cuánto lo admiraba. Me lo agradeció con mucha amabilidad y humildad, y si los celulares hubiesen tenido cámara le habría pedido una foto, a la cual él con seguridad hubiera accedido sin problemas. Un maestro.
¡MOMENTO! ¿Cómo qué no sabés quién es Luis Landriscina? (te lo acepto, a regañadientes, si sos de las últimas camadas de millenials o un extranjero poco empapado en la cultura argentina). Antes de seguir, entonces, te dejo que escuches uno de sus grandes clásicos, que encima va a tono con la época del año:
Su biografía (con textos de Raza Folklórica y Diario TAG)
Nacido en Colonia Baranda, Chaco en 1935; es el séptimo hijo de inmigrantes italianos, Luigi Landriscina, tal es su verdadero nombre es un humorista, actor, narrador, y músico argentino. Luis tenía alrededor de 20 meses cuando murió su madre al dar a luz a su hermano Nicolás, por lo que pasó a ser criado por sus padrinos, Margarita Martínez y Santiago Rodríguez.
Cursó la escuela primaria en Villa Ángela y Resistencia, y ya de joven se destacó por su habilidad como narrador de historias populares y costumbristas, siempre con una pincelada de un buen humor. En 1963 contrajo matrimonio con Guadalupe Mancebo y ese mismo año nació su primer hijo, Gerardo.
Landriscina se consagra en 1963 en el Festival de Folclore de Cosquín junto a una delegación chaqueña y es condecorado con el premio Revelación por cuentista y narrador. Desde 1962 encarnó su personaje más recordado: Don Verídico, gaucho simple, ingenuo, observador y chistoso, creado por el escritor uruguayo Julio César Castro, más conocido como Juceca.
Luego de vivir en Buenos Aires durante varios años, se muda a Santa Ana una localidad del departamento de Colonia, Uruguay, en dónde reside hasta el día de hoy.
Participó en películas como Joven, viuda y estanciera (1970); ¿De quiénes son las mujeres? (1972); Mire que es lindo mi país (1981) junto a Atahualpa Yupanqui y Eduardo Falú; y Sapucay, mi pueblo (1997).
Algunos de los programas de televisión en los que participó fueron: Mano a mano con el País que se transmitió por canal 13 en 1970; Estancia las batarazas, Landriscina con todos y Landriscina con todo el País programas que también se transmitieron por canal 13 durante los años 1977, 1978 y 1979, respectivamente. Sus últimos programas fueron La estación Landriscina por Telefé en 1992, Mano a mano con el campo de 1996 que se transmitió en canal Rural y canal 7; y Almacén de campo que pudo verse por canal 7 en 2002.
También ha publicado discos y libros de cuentos durante toda su carrera, llegando así a los hogares de todo el país de todas las formas para acercar la cultura popular rural.
FIRMAR PETICIÓN EN CHANGE.ORG
La propuesta
La idea se me encendió como un chispazo, cuando me enteré que hoy era su cumpleaños, y la anuncié en Twitter, en donde tuvo muy buena repercusión:
En el día de su cumpleaños número 82, tiro la propuesta para que el aeropuerto de Resistencia (uno de los pocos del país sin nombre), se llame #LuisLandriscina, GENIO chaqueño (y que en el preembarque pasen por los altavoces sus cuentos mientras la gente espera 😂) pic.twitter.com/jmcmJf4nLb
— Aviacionline.com (@aviacionline) December 19, 2017
El aeropuerto de Resistencia, de acuerdo a un decreto el año 1963, tiene como nombre oficial «Aeropuerto Internacional Resistencia», es decir, a diferencia de la mayoría de los aeropuertos argentinos (y también del mundo), no rinde homenaje a ninguna persona, hecho histórico o referencia geográfica (como pueden ser los casos de los aeropuertos «Dr. Fernando Piraginé Niveyro» de Corrientes o «Malvinas Argentinas» de Ushuaia). Sí, es cierto, como dice en los considerandos de aquel decreto, que «Resistencia» es un nombre muy inusual en el mundo (muchos piensan que el nombre del aeropuerto es José de San Martín, un «mito» que se construyó debido a que en el acceso hay una estatua del prócer, pero no, olvídense de eso).
Elegir una figura que represente a todos los chaqueños puede resultar una tarea muy difícil y no exenta de polémicas. Hace un par de años un senador nacional quiso bautizar al aeropuerto de Resistencia como «Juan Domingo Perón», propuesta que afortunadamente no prosperó. Y digo «afortunadamente» no por desprecio hacia su figura, sino porque, en primer lugar, hay miles de cosas llamadas «Perón» en Argentina (como lo amerita una persona de su relevancia histórica desde ya); en segundo lugar porque ya existe un aeropuerto que lleva el nombre de «Presidente Perón», el de Neuquén (¡Saludos amigo Juan Franke!); y en tercer lugar porque aun con todo lo que el General contribuyó a nuestra provincia (partiendo de que fue bajo su mandato que dejamos de ser territorio nacional), su figura no es identificable con el Chaco.
Luis Landriscina, en cambio, además de ser alguien que ha contribuido, a través del universal lenguaje del humor, a la divulgación de los usos y costumbres del interior profundo de nuestro país (manteniendo, y no es poco, una vida pública intachable) es asociado irremediablemente con nuestra provincia. Me animo a decir que fue la primera gran figura «global» del Chaco. Y siendo un aeropuerto el punto de conexión de una región con el mundo, ¿qué mejor que bautizar al de Resistencia con su nombre?
Sí, hay otros chaqueños reconocidos en diferentes ramas del arte, la ciencia, la política o el deporte (Aledo Meloni también me encantaría), pero creo que ninguno con el posicionamiento de Luis Landriscina (perdonen mi «método científico», pero cuesta encontrar cosas negativas sobre él). Y así como cuando se llega a una fiesta multitudinaria uno se alegra al encontrar caras conocidas, qué mejor manera de llegar al Chaco escuchando, al aterrizar, un «Bienvenido al Aeropuerto Internacional Luis Landriscina de Resistencia», y despertar una sonrisa en los miles de pasajeros que, al instante, recordarán alguno de sus cuentos (desde ya, si el mismísimo Don Luis Landriscina se manifestara en contra de la propuesta, la retiro inmediatamente).
Además, todo esto podría ser acompañado de muchas acciones relacionadas con su obra. Fantaseando, y casi a modo de brainstorming, me imagino un sector en la terminal ambientado a modo de «peña» con un LED en el que se pasen sus cuentos, así quienes esperan pueden divertirse antes de volar ¡Imagínense escuchando las risas por todo el aeropuerto! ¡Único!
Quizás esta propuesta no pase de buenas intenciones, pero voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que, las personas que tienen el poder político, al menos se enteren de ella y la consideren. El aeropuerto de Resistencia es propiedad del Chaco (aunque está bajo la concesión de Aeropuertos Argentina 2000), por lo que es potestad del gobierno provincial (sea a través del poder ejecutivo o legislativo), bautizarlo como crean apropiado.
Desde ya son bienvenidos a dejar su opinión tanto en esta nota como en la petición de Change.org y, si la apoyan, divulgarla a través de sus cuentas en Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp, Telegramm, etc.
¡Muchas gracias!
Y sí, para terminar, unos cuentitos de Don Luis:
Muy buena idea !!!! Yo no soy chaqueño pero por trabajo frecuente mucho aquella provincia y creo que la propuesta es valedera y deberia ser apoyada por quienes tienen poder de decisión. Excelente iniciativa y ojalá se concrete.
Muchas gracias!
Que buena idea, que alguien ligado a la cultura pueda ser homenajeado, sin ir mas lejos nuestros vecinos bautizaron como Tom Jobim el de Rio de Janeiro. Y te da la sensacion de respirar Bossa Nova en todos sus rincones.- Quizas ocurra lo mismo y asi poder respirar sus relatos.
Buen ejemplo el de Tom Jobim!
El aeropuerto se llama General Jose de San Martín, y esta publicado en el AIP internacional, me parece buena tu propuesta, pero deberías interiorizarte mejor en el tema entes de escribir una reseña que me parece buena, pero falta de información para un blog especializado en aviación….saludos.
Hola Miguel!
Sí, vos sabés que he visto lo del AIP, pero fijate que el nombre «José de San Martín» aparece en el índice de aeródromos, pero no en la sección individual del aeropuerto de Resistencia, lo cual vuelve ambigua la denominación. En cambio otros aeropuertos que están bautizados oficialmente tienen su nombre tanto en el índice como en la sección individual.
Al margen de que el AIP también contiene errores u omisiones, como llamar «El Plumerillo» al aeropuerto de Mendoza, cuando su nombre oficial es «Gobernador Francisco Gabrielli» o no poner el nombre del aeropuerto de Bariloche, que es «Teniente Luis Candelaria», entre otros.
Por eso me mantengo en la posición de que, hasta que no aparezca un documento oficial del propietario del aeropuerto (el estado chaqueño) posterior al decreto de 1963, su nombre no es José de San Martín. Si aparece, bienvenido sea, y si no existe y la gente quiere efectivamente llamarlo así, que se redacte un nuevo decreto.
Ojo, hasta hace poco más de una década para mí también se llamaba José de San Martín, y así figuraba en mi sitio web, pero el entonces Director de Aeropuertos de la provincia del Chaco me hizo notar el error, enviando la copia del decreto que menciono en la nota, mediante el cual se estableció que el nombre oficial es «Aeropuerto Internacional Resistencia».
Excelente propuesta. No quedan muchos comicos que nos hagan reir sin golpes bajos. Cada vez que lo escucho es como si estuviera en el lugar que describe, que increible observador de nuestras costumbres