Los gobiernos de Japón y Estados Unidos firmaron un acuerdo de proyecto para desarrollar un nuevo tipo de misil interceptor, en respuesta al creciente desarrollo y despliegue de armas hipersónicas en la región.
La asociación, anunciada el 15 de mayo por ambos Gobiernos, prevé el desarrollo cooperativo de un nuevo sistema Interceptor de Fase de Planeo (GPI), que permita establecer una defensa efectiva contra la amenaza de las armas hipersónicas durante la fase de planeo del vuelo hipersónico, apuntando a contrarestar el despliegue de este tipo de armas por parte, principalmente por China y Corea del Norte.
Las armas hipersónicas vuelan a más de cinco veces la velocidad del sonido a altitudes endo-atmosfércias, con capacidad para variar sus trayectorias, lo que las hace particularmente difíciles de detectar e interceptar por los medios de defensa aérea y anti-misil tradicionales. Rusia y China ya los han desplegado, y Corea del Norte los está desarrollando actualmente.
Se espera que el desarrollo comience este año fiscal y finalice en la década de 2030, con un costo aproximado de 3.000 millones de dólares, del cual una tercera parte sería cubierta por Tokio.
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Según medios de prensa japoneses, la parte estadounidense será responsable del desarrollo de los medios para detectar los objetivos hipersónicos y de los sistemas para guiar los interceptores, mientras que Japón tendrá a su cargo el desarrollo del motor cohete del misil y del sistema de propulsión de la ojiva. Northrop Grumman y Raytheon Technologies son los candidatos para liderar la parte del desarrollo que compete a EE.UU., mientras que Japón seleccionará a sus candidatos mediante un proceso de contratación pública en este año fiscal.