La justicia brasileña extinguió las penas contra los pilotos Joseph Lepore y Jan Paul Paladino, que estaban al mando de la aeronave Embraer Legacy 600 que colisionó con un avión de GOL Linhas Aéreas hace 17 años, resultando en la muerte de 154 personas.
El trágico accidente aéreo ocurrió el 29 de septiembre de 2006, cuando la aeronave cayó en una zona de selva en el municipio de Peixoto de Azevedo, a 692 km de Cuiabá. Desde entonces, los pilotos no han cumplido la pena, ya que dejaron Brasil.
La decisión, dictada por el juez André Perico Ramires dos Santos, del 1º Juzgado Federal de Sinop, destacó la falta de cooperación de la Justicia de Estados Unidos con el caso. Las autoridades estadounidenses alegaron no poseer mecanismos legales ni jurisdicción para hacer que el gobierno de EE.UU. aplicara la sentencia brasileña.
Aunque el accidente ocurrió en 2006, los pilotos estadounidenses solo fueron escuchados y condenados por la Justicia Brasileña en 2011. Fueron sentenciados a cuatro años y cuatro meses de régimen semiabierto por el delito de atentado contra la seguridad del transporte aéreo en modalidad culposa, cuando no hay intención de matar.
En octubre de 2012, la pena fue reducida a tres años y un mes en régimen abierto. En 2015, el proceso se concluyó en el Supremo Tribunal Federal (STF), volviéndose definitivo y siendo remitido a la Justicia Federal en Sinop.
A pesar de los múltiples intentos del Ministerio Público Federal (MPF) para que los pilotos cumplieran sus penas en Estados Unidos, el país negó la colaboración. Después de tres años, EE.UU. alegó la ausencia de previsión del delito en el tratado de extradición.
“Estados Unidos, sin embargo, presentó respuesta aproximadamente tres años después, negándose a adoptar procedimientos para la colaboración internacional, bajo el argumento de que el delito objeto de condena no permitiría la extradición,” menciona un fragmento de la decisión.
Según el Centro de Investigação e Prevenção de Acidentes Aeronáuticos de Brasil, el accidente fue producto de errores del control de tránsito aéreo (que puso a ambas aeronaves en curso de colisión) en combinación con otros por parte de los pilotos del Legacy, como fallar al reconocer que su TCAS (sistema de alerta de tráfico y evasión de colisión) no estaba activado. Este fue el primer accidente fatal de un Boeing 737-800.
