Arribados a Córdoba, lo primero que uno puede notar es la diferencia de tamaño de las terminales. El Ingeniero Taravella tiene espacios de check in y tráfico de pasajeros enormes, aunque las salas de embarque son exiguas.
Tras el nuevo bautismo, los enviados de prensa pasamos a la sala VIP del aeropuerto, donde se realizó la conferencia de prensa de este tramo.
En esta conferencia, Dell’ Acqua dejó definiciones interesantes sobre los planes de Aerolíneas Argentinas para el futuro: lo primero que se dijo fue que la flota de Embraer 190AR de Austral será reemplazada por un avión más grande, del orden de las 160-170 plazas.
Este reemplazo se empezaría a diagramar a principios de 2018, y equivaldría aproximadamente 8 aviones nuevos en ese segmento, lo que le da a la flota de pingüinos unos tres años de vida total.
En cuanto al equipo que reemplazará a los 190, la idea es hacer un RFI/RFP incluyendo a «los cuatro constructores». Cuando le pregunté qué cuatro constructores considera, fuera de la entrevista y en -literalmente- una charla de pasillo arriba del MAX, Dell’ Acqua me comentó que además de los dos obvios (Boeing y Airbus), consideran a la propia Embraer (con los 195 E2) y… A Bombardier, con los CS300.
Es sorprendente incluir al (no tan) chico de Bombardier/Airbus en la pelea, pero tiene lógica: cambiar a un avión de 160 plazas dejando uno de 96 permitirá incrementar los pasajeros transportados, con un incremento marginal en los costos de operación. Se estima que el precio de los CS300 es similar al 195 E2 y es un poco inferior a la familia 737NG/ MAX y al 320.
Hablando del MAX, otro dato sorprendente es que se confirmó que son cinco y no once los MAX de Aerolíneas. Se suponía que eran 11 conversiones de NG a MAX a partir de la renegociación del contrato existente con PK Finance.
Dell’ Acqua indicó que el segundo MAX, que ya tiene matrícula LV-GVE y ya está siendo ensamblado en Renton, será recibido antes de fin de año y que los tres restantes llegarán a la flota durante el primer trimestre de 2018. En un comunicado emitido posteriormente por la empresa, se indica que en realidad son 12 los MAX a recibir de aquí a 2022.
Llegó el momento de las preguntas incómodas, y cuando le preguntaron por la ruta a Barcelona, el Presidente de la compañía declaró que la ruta era «débil» y que no fue una decisión fácil ni tomada a la ligera. Lo veremos con más detenimiento en un post aparte, pero en una cosa que dice tiene razón: por los términos y la oferta derivada de los acuerdos de código compartido, BCN no ofrece las chances de conectividad que sí permiten Madrid y Roma.
Dejó trascender que Roma es una ruta interesante y que no se cancelarían otras en un futuro cercano. De todos modos, hay algo que también trataremos aparte, y que es bastante complejo: queda la duda de cuánto aguanta la planificación de rutas de larga distancia con los aviones que hay, y cómo se podría complicar la operación si alguno sale de servicio anticipadamente o por avería. Es sabido que los A340-300 de dotación están presentando bastantes novedades, principalmente por la veteranía de los aviones.
Hubo tiempo para algunas fotos, y no para mucho más: me acerqué al mostrador a ver si podía cambiar el asiento, pero el vuelo estaba completo.
Iniciamos el vuelo a Ushuaia a horario, donde pude charlar un rato con Dell’ Acqua y algunos colegas. Pudimos sacar una foto al extremo sur de la Península Valdés:
Tierra del Fuego nos recibió con una lluvia tenue, y su paisaje hermoso. En la última entrega, la conferencia con la Gobernadora, la vuelta a Buenos Aires y, finalmente, la vuelta a casa y las conclusiones.
Que lindo viajecito!
Hermoso! tenía su onda hacerlo todo en un día. Aunque me hubiese venido genial la noche en Ushuaia…