Ryanair, la low cost más grande del mundo, anunció que durante el primer semestre de este año fiscal (que se inició en abril) sus ganancias cayeron un 7% en relación al mismo período del año anterior, situándose en €1,2 mil millones (USD 1,37 mil millones).
Esto sucedió a pesar de que el tráfico de pasajeros y los ingresos crecieron un 6 y un 8 por ciento respectivamente, y lo explican principalmente por las disrupciones generadas por las huelgas en los servicios de navegación aérea europeos, el alza del precio del combustible, los mayores costos en personal y los costos asociados con la norma EU261, que regula las compensaciones que reciben los pasajeros en caso de vuelos cancelados o demoras excesivas.
Los ingresos por servicios adicionales (equipaje despachado, elección de asientos, reservas de productos complementarios, etc) continuaron creciendo a dos dígitos, alcanzando los €1,3 mil millones (USD 1,49 mil millones), 27% más que durante los primeros seis meses del año fiscal anterior. Pero este crecimiento no pudo compensar el alza de los costos en conjunción con un descenso del 3% en la tarifa promedio, que se ubicó en €46 (USD 52,73).
«Como lo habíamos anticipado recientemente, la tarifa promedio durante el primer semestre cayó un 3%, y aunque los ingresos por servicios adicionales registraron una fuerte performance del 27%, éstos fueron opacados por mayores costos de combustible, staff y la norma EU261», comentó Michael O’Leary, CEO de Ryanair, quien además destacó que el tráfico creció un 6%, manteniendo un factor de ocupación del 96% a pesar de que sus operaciones se vieron impactadas por el «peor verano del que se tenga registro» en lo que respecta a disrupciones provocadas por medidas de los sistemas de navegación aérea.
Durante el primer semestre Ryanair incorporó 23 nuevos Boeing 737, llevando su flota a 450 aeronaves. Además se lanzaron 100 nuevas rutas para la temporada de verano.
Atendiendo a la volatilidad del precio del petróleo, que se acerca a los USD 85 el barril, Ryanair tiene cerradas el 90% de sus necesidades de combustible a USD 69 el barril hasta septiembre de 2019, lo cual la deja mucho mejor parada frente a sus competidoras europeas, algunas de las cuales han sucumbido en las últimas semanas, como Cobalt y Primera Air. Este contexto de consolidación, destaca la low cost, «creará oportunidades» para su modelo de las tarifas y costos más bajos.
Al margen de esto, los costos sin incluir combustible crecieron un 7%, empujados por un incremento del 20% en los salarios de pilotos, inversiones en mantenimiento, costos de entrenamiento, y los de compensaciones por la EU261 que se dan por causa de los conflictos con los servicios de navegación aérea.
En lo que respecta a su relación con los gremios, una espina que Ryanair tuvo que aceptar en diciembre del año pasado, destacan que a pesar de los 8 días de huelgas que sufrieron durante el verano boreal, se han hecho importantes avances con acuerdos en Irlanda, Italia, Reino Unido, Portugal y Alemania. «Ryanair ha demostrado en los últimos diez meses que podemos trabajar con los sindicatos para alcanzar acuerdos justos y razonables para nuestra gente, que mantengan nuestra competitividad y eficiencia», destacaron.
Ryanair espera terminar el año fiscal 2019 con ganancias después de impuestos de entre €1,10 y €1,20 mil millones (excluyendo las pérdidas de Laudamotion). Así mismo, durante el período estiman transportar un total de 138 millones de pasajeros, 6% más que el año anterior (a los que se sumarían 3 millones de Laudamotion).
Laudamotion
Ryanair se quedó con la aerolínea austriaca Laudamotion en marzo de este año, en lo que fue una movida que tomó a varios por sorpresa. Su participación llegó en agosto al 75% del capital. La compañía estima que Laudamotion tendrá pérdidas por €150 millones durante este primer año de start-up de la nueva fase, aunque se encuentra trabajando para asesorarla en cuestiones como generación de mayores ingresos y reducción de costos, para así aproximarse al break-even durante el segundo año de operación.