Dos empleados de Delta Air Lines fallecieron y otro resultó gravemente herido al, aparentemente, explotar un neumático de un Boeing 757 en los hangares de mantenimiento de la compañía en el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson (ATL).
El suceso, que está siendo investigado, ocurrió el 27 de agosto alrededor de las 5 de la mañana de Atlanta en el taller de ruedas y frenos. Los empleados involucrados en el accidente pertenecían al equipo de TechOps de la aerolínea.
Los dos empleados fallecidos fueron identificados como Mirko Marweg, de 58 años, y Luis Aldarondo, de 37 años. El tercer empleado, cuya identidad no ha sido revelada, fue trasladado a un hospital en estado crítico.
El avión involucrado es un Boeing 757-200 con matrícula N683DA y una antigüedad de 31 años. El día anterior al accidente, la aeronave había arribado de Las Vegas, luego de terminar con la jornada de vuelos fue trasladada al taller de neumáticos donde se le realizarían trabajos de mantenimiento.
Delta Air Lines dijo en un comunicado de prensa: «La familia Delta tiene el corazón roto por la pérdida de dos miembros del equipo y la lesión de otro tras un incidente esta mañana en las instalaciones de Mantenimiento de Operaciones Técnicas de Atlanta. Hemos extendido todo nuestro apoyo a los familiares y compañeros durante este momento increíblemente difícil.»
El alcalde de Atlanta, Andre Dickens, se hizo eco del suceso en sus redes sociales: «Ofrezco mis más profundas condolencias a la familia y seres queridos de los empleados de Delta fallecidos. Mis pensamientos están también con los que resultaron heridos, y espero su rápida y completa recuperación.»
Por su parte, el sindicato IAM confirmó que un neumático del Boeing 757-200 explotó en las instalaciones de Delta Air Lines mientras los operarios realizaban trabajos de mantenimiento. «Nos unimos a los trabajadores de Delta en estos momentos difíciles y pedimos a Delta y a las autoridades pertinentes que inicien rápidamente una investigación exhaustiva sobre cómo ocurrió», expresó el sindicato en un comunicado de prensa.
Neumáticos de un avión comercial
Los neumáticos de los aviones comerciales son inflados con nitrógeno seco a alta presión, es por eso que al reventar producen una gran explosión, esparciendo material y caucho a gran velocidad. Están diseñados para soportar amplitudes térmicas que oscilan entre -20 y 200 grados centígrados, además de la fricción de acelerarse al contacto con la superficie de 0 hasta 300 kilómetros por hora.
Para evitar que los neumáticos revienten al momento del aterrizaje o despegue, son construidos con una combinación de materiales diseñados para soportar las altas presiones, temperaturas extremas y fuerzas intensas durante el despegue, aterrizaje y rodaje.
- Caucho sintético: La mayor parte del neumático está hecho de caucho sintético, que es resistente al desgaste, al calor y a la abrasión. Este caucho también tiene propiedades de elasticidad y durabilidad.
- Cordones de nylon o poliéster: Estos materiales se utilizan en las capas internas del neumático, conocidas como capas de carcasa, que proporcionan resistencia y estructura. Los cordones están incrustados en el caucho para darle al neumático la capacidad de soportar altas presiones y cargas.
- Aramida (Kevlar): Algunos neumáticos avanzados pueden incluir fibras de aramida, como el Kevlar, en sus capas para ofrecer mayor resistencia a la tensión y durabilidad, reduciendo el peso sin comprometer la resistencia.
- Alambre de acero: Los alambres de acero se utilizan en la construcción del talón del neumático, la parte que asegura el neumático a la llanta del avión. Este acero es altamente resistente y ayuda a mantener el neumático en su lugar bajo las fuertes fuerzas durante el aterrizaje y el despegue.
- Compuestos antiestáticos: Se agregan a la mezcla del caucho para prevenir la acumulación de electricidad estática, que podría ser peligrosa en un ambiente aeronáutico.
