El gobierno le confirmó ayer al sindicato de Pluna que no podrá utilizar los siete aviones Bombardier que están en poder del fideicomiso creado para hacerse cargo de los bienes de la empresa liquidada. La decisión del Poder Ejecutivo se basó en informes jurídicos solicitados dentro y fuera del país para determinar si esos aviones tienen riesgo de ser incautados por orden judicial, una vez que aterricen fuera del país por las deudas que dejó la aerolínea de bandera.
Los consultores informaron que el riesgo es alto y así lo comunicó ayer el gobierno a representantes del gremio de Pluna, que acompañados por dirigentes del PIT-CNT, participaron de una reunión en la Torre Ejecutiva con el secretario de la Presidencia, Homero Guerrero, y el asesor económico del presidente José Mujica, Pedro Buonomo.
En ese encuentro, que duró una hora y media, se informó que el gobierno prevé perder US$ 50 millones por la venta de los Bombardier debido a que están parados en el aeropuerto de Carrasco desde hace un año y se desvalorizan. La presidenta del gremio de funcionarios, Sabrina Acevedo, dijo a El Observador que “el gobierno toma esa pérdida como asumida”. También explicó que el número de US$ 50 millones fue respaldado por expertos del mercado debido a la depreciación del valor de los aviones.
Los dirigentes gremiales que impulsan la nueva aerolínea estaban dispuestos a asumir el riesgo compartido con el Estado de volar con los Bombardier. Hasta ahora ningún juez de países de la región pidió incautar las aeronaves.
Ayer estuvieron en Montevideo representantes de la Asociación Aeronáutica Argentina, que reúne a los sindicatos de la aviación de ese país, y aseguraron que no hay ningún pedido de embargo. En Argentina, los trabajadores de la ex Pluna reclamaron al Estado uruguayo que se les pague los haberes adeudados; en Chile, un grupo de viajeros que habían comprado pasajes y no pudieron vola, iniciaron juicios; mientras que en Brasil el cierre de Pluna afectó a unos 6.500 pasajeros.
El presidente de la Cámara de empresas de Turismo de San Pablo, Eduardo Nascimento, señaló al diario La República que la nueva empresa Alas-U no debería ser autorizada por Brasil hasta que los usuarios afectados sean resarcidos, lo que en conjunto implica un costo de US$ 2 millones.
Plan B: alquilar aviones
Este escenario, que era una posibilidad cierta, llevó al gremio a activar su Plan B, que es comenzar a funcionar con cuatro aviones arrendados.
Acevedo informó a El Observador que se previeron dos realidades: una era utilizar los siete aviones Bombardier –que el gobierno descartó a pesar de la opinión de los empleados– y la otra implica arrendar cuatro aeronaves para poder cubrir rutas regionales.
En este caso “se requerirá que el Estado salga de garantía”, dijo Acevedo. Esos cuatro aviones deberán ser del tipo Bombardier para poder utilizar a los aviadores que están certificados, explicó el dirigente sindical César Iroldi. Cada certificación de piloto, que se hace en el exterior –generalmente en España–, tiene un costo superior a US$ 30 mil. De hecho, varias empresas que están contratando pilotos de Pluna aprovechan que tienen vigentes las certificaciones para volar. Iroldi comentó que a pesar de esa pérdida de personal, la cooperativa tiene los pilotos necesarios y dijo que varios de los que se fueron están dispuestos a volver.
El miércoles 19 los trabajadores volverán a reunirse con el gobierno. Para entonces, el gremio espera que Presidencia defina el aporte de US$ 15 millones que hará el Fondo de Desarrollo (Fondes) y que son fundamentales para capitalizar la nueva aerolínea.
Acevedo dijo que los siete Bombardier “no se irán” hasta que no estén los otros cuatro que arrendará el gremio. Hasta el 28 de junio los trabajadores de la exPluna tienen prioridad, por ley, para arrendar o adquirir las aeronaves.
Fuga de personal
Mientras el grupo de trabajadores de la ex Pluna trabaja en la apertura de la aerolínea Alas-U, continúa la pérdida de pilotos que se van del país a volar en otras compañías. Varios de ellos fueron contactados por un “broker” que luego de pasada las pruebas les ofrece empleos en aerolíneas de EEUU, Australia o Indonesia. Otros empleados calificados se inscribieron para trabajar en los parques eólicos que proyecta UTE, ya que el mantenimiento de los motores de los molinos es similar al de las turbinas de los aviones, que es en lo que acreditan experiencia.
Fuente: El Observador