El viernes pasado Copa Airlines y la filial low-cost Wingo realizaron tres nuevos vuelos de repatriación con más de 300 pasajeros hacia Chile y Brasil.
La primera de las operaciones partió desde Caracas y, vía Bogotá, trasladó a 114 ciudadanos chilenos y residentes en Chile hasta Santiago de Chile.
Otros dos vuelos partieron desde Bogotá rumbo a San Pablo con 234 brasileños. Ambos tuvieron la particularidad de realizar un recorrido por varios países de Centroamérica y el Caribe para abordar más pasajeros.
Desde el 15 de marzo, cuando se empezaron a intensificar las restricciones al movimiento de personas entre países, Copa Airlines y Wingo han realizado casi 20 vuelos humanitarios transportando a más de 2.300 pasajeros de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela.
“Seguiremos haciendo nuestro mayor esfuerzo por conseguir más permisos de las autoridades de los distintos países, para operar otros vuelos humanitarios como este y, sumado a otras gestiones que estamos realizando, poder transportar a más pasajeros de regreso a casa con sus seres queridos”, comentó Pedro Heilbron, presidente ejecutivo de Copa Airlines.
Por su parte, Carolina Cortizo, directora General de Wingo, agregó: “Nuevamente ponemos nuestras aeronaves al servicio de nuestros pasajeros y sumamos esfuerzos con nuestra aerolínea hermana, Copa Airlines, para llevar a estos viajeros chilenos y brasileños de regreso a casa”.
Desde la aerolínea destacaron que también han solicitado permisos para realizar otros 28 vuelos humanitarios, pero fueron denegados por las autoridades.
De todas maneras Heilbron comentó que “Copa Airlines agradece al gobierno de Brasil por la iniciativa, gestiones diplomáticas y todo su apoyo, y resalta el compromiso de ese gobierno por llevar de vuelta a casa a sus nacionales que se encontraban en diferentes países de Centroamérica y el Caribe. Además, agradece a los gobiernos de Chile, Venezuela, Colombia y de todos los países involucrados en la operación de los vuelos humanitarios”.
Los vuelos de repatriación siguen las recomendaciones en materia de higiene de la Organización Mundial de la Salud y autoridades nacionales e internacionales. Las tripulaciones también se ofrecieron de manera voluntaria.
